Elízabeth Romero
I ENTREGA
La existencia de “tumbadores” de droga en el Caribe nicaragüense vinculada con estructuras del narcotráfico en Honduras, que a su vez tienen nexos con grupos locales que se encargan de garantizar la logística para el traslado de la droga, es aparentemente la causa del surgimiento de grupos de sicarios en esa región del país.
El jefe de operaciones militares del Ejército de Nicaragua, general de brigada Bayardo Rodríguez, confirmó a LA PRENSA que cuentan con información precisa sobre la presencia de sicarios en el Caribe nicaragüense.
“Hay tumbadores de drogas y esos tumbadores de droga tienen normalmente relación con las estructuras del narcotráfico de Honduras y, al venirse hacia aquí, hacia Nicaragua, esas estructuras tienen relación con estas estructuras logísticas en el Caribe, pues buscan cómo eliminar a esta gente que les tumba la droga o se la llevan. En algunos casos se han dado esos hechos”, explicó.
En LA PRENSA del 14 de noviembre del presente año, monseñor Pablo Schmitz, obispo del vicariato de Bluefields, en la Región Autónoma Atlántico Sur (RAAS), denunció que entre Siuna y El Cuá hay más de 80 individuos que se movilizan en grupos de 10 y 12 hombres que siembran el terror entre esas poblaciones.
A diferencia de lo que ocurre en Honduras, el jefe de operaciones militares del Ejército de Nicaragua, general de brigada Bayardo Rodríguez estimó que con el despliegue del Batallón Ecológico y el Destacamento Militar Norte en la Sexta Región Militar a los narcotraficantes se les dificulta sostenerse por más tiempo en tierras nacionales como lo hacían antes y han trasladado su accionar hacia el borde fronterizo, que es donde los combaten los militares hondureños.
Una de esas situaciones a las que se refiere el alto jefe militar ocurrió en Walpasiksa, a 68 kilómetros de Bilwi, Región Autónoma Atlántico Norte (RAAN), donde “nos querían montar una base logística al mando de un narcotraficante de origen peruano”.
En diciembre del 2009, el Ejército realizó una operación donde dos de sus miembros murieron, pero desarticularon la estructura narco.
[/doap_box]
CARACTERÍSTICAS COMPLEJAS
Rodríguez manifestó que desde Bocay, pasando por Siksa Yari, en río Coco abajo, Raití y San Carlos hasta Waspam, existen más de 600 kilómetros de fronteras, zonas inhóspitas con caminos rurales y zonas de reservas inmensas, como Bosawas, con poca población, en su mayoría indígenas.
“En las fronteras tenemos serios problemas con la presencia de grupos armados del narcotráfico”, comentó el militar, quien señaló que muchas veces, cuando el Ejército hondureño opera en territorio fronterizo, los narcotraficantes se internan en Nicaragua para evitar ser arrestados.
Mencionó que recientemente tuvieron conocimiento de que las fuerzas armadas hondureñas “tuvieron un combate fuerte con unas expresiones de narcotraficantes armados y hubo una cantidad de muertos”.
“Una cantidad de esos narcotraficantes que combatieron con las fuerzas armadas de Honduras vinieron heridos a parar a Waspam. En esa zona hay una presencia muy fuerte del narcotráfico sobre todo, no en territorio nicaragüense, porque no tenemos ni pistas ni tenemos asentamientos de estas estructuras”, expresó el militar.
El jefe militar se refirió a diversos planes que el Ejército de Nicaragua ejecuta en el campo y con relación a la estrategia de “muro de contención”, que se implementa contra el narcotráfico.
En referencia a la zona fronteriza con Honduras, en la parte limítrofe del Wangki o río Coco, explicó el jefe militar que, por ejemplo, en la parte de Ayapal hacia el norte y del Hormiguero hacia el oeste, anteriormente el narcotráfico intentó asentarse y, hace tres años en una de las comunidades de la zona, le ocuparon una maquinaria de construcción y un helicóptero a una célula narco cuando preparaban una pista de aterrizaje, con maquinaria proveniente de Honduras.
Dadas las características y la extensión de la frontera norte es que las fuerzas armadas de Nicaragua y de Honduras, en febrero pasado, en el marco de la Conferencia de Fuerzas Armadas de Centroamérica, acordaron una mayor cooperación entre los comandantes de fronteras para combatir mejor el fenómeno.
USAN CIELO NACIONAL
En esa reunión intercambiaron información de lo que sucedía y tomaron medidas para erradicar a estos elementos armados.
Una de esas acciones contra los narcos son los vuelos sospechosos. A mediados de noviembre, un vecino de Ayapal confió a LA PRENSA que “un avioncito color azul” sobrevoló en dos ocasiones el poblado, lo que llevó a soldados del Ejército a realizar disparos al aire, sin consecuencias.
“Estamos detrás de esa información de supuestos vuelos que se realizan en la zona”, confirmó el jefe militar, quien explicó que esto lo coordinan con los militares hondureños, quienes recientemente dieron a conocer una información sobre la existencia de una gran cantidad de pistas.
Sobre esos vuelos sospechosos, dijo Rodríguez que los narcos ocupan el espacio aéreo para trasladarse en medios pequeños, “no para basificarse ni tener pistas ni penetrar a territorio nicaragüense”.
Ver en la versión impresa las páginas: 12 A