Por Oscar González Morales
CARMEN PÉREZ ARMIÑÁN Experta en Ciencias de la Información
Aunque es fiel a la necesidad del desarrollo y la aplicación de las nuevas tecnologías, Carmen Pérez Armiñán, decana de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), no pierde de vista los peligros que la era informática le presenta en especial a los jóvenes.Para esta profesional, que llegó al país para suscribir una alianza con una universidad nacional y ofreció una conferencia sobre las tendencias de las nuevas tecnologías de la comunicación, los adelantos informáticos no son más que herramientas que deben estar en las manos de personas con una buena base de conocimientos para su debida explotación.
::: ¿Cuál es el poder que las nuevas tecnologías le pueden dar al ser humano?
Las nuevas tecnologías están ahí y a la gente joven no hay ni que enseñárselas, es como que si nacen con ellas. Es una herramienta, no es nada más que eso. Lo importante es la formación que hay detrás, el conocimiento, el uso responsable y es donde creo que tenemos que poner el acento. Es importante la formación que debe tener el comunicador, el periodista y la misma población, para poder manejar esas herramientas.
::: Pero pueden ser un arma de doble filo, porque por ejemplo, en el ciberespacio encontramos mucha información incorrecta o falsa…
Por supuesto, el primero que debe utilizarla correctamente es el periodista, pero también la población, que en este momento se encuentra con que en la red lo que hay son datos, pero no información. La información hay que buscarla y no siempre el público tiene la formación para buscar u obtener la información de calidad, por eso existen los periodistas, esa es su labor, discriminar de toda esa cantidad de datos que existen en las redes, lo que es información de calidad.
::: Pero para el público, ¿qué puede representar información de calidad?
Cuando hablamos de información de calidad también es verdad que no toda la población la está demandando, en su gran mayoría se conforma con cualquier tipo de información. Por eso los medios de comunicación se han encontrado, se encuentran o se encontrarán con un problema importante al trasladar su producto a su público.
::: ¿Cree que todo este flujo de información nos ha llevado a preferir información más concreta o reducida, en lugar información a profundidad o especializada?
Desgraciadamente sí. Parece que a las nuevas generaciones todo lo que pase de los 140 caracteres de un “tuit” les agobia. Es más, creo que estamos detectando algo que a mí me angustia en nuestra población joven, que es la lectura comprensiva. Saben leer, pero a veces dudo si están entiendo lo que están leyendo y eso a futuro es un auténtico drama. No creo que solo sea un fenómeno de España o Nicaragua, creo que es mundial. Cada vez el acceso a texto largos parece que les cuesta muchísimo, quizá porque no les hemos acostumbrado a leer.
::: ¿Y cómo se puede hacer para crear esa cultura de lectura y comprensión?
Creo que eso es difícil. No sé si te diría que ahí hemos perdido la batalla, porque ese tipo de hábito hay que tenerlo en la escuela. Si un niño no se acostumbra a leer, hacerlo de mayor pues no es fácil. Lo atractivo de todas estas nuevas tecnologías es que todo entra por la vista, es muy sencillo, es muy fácil. El esfuerzo de leer un texto denso en profundidad, eso creo que en este momento hay una gran parte de la población mundial que verdaderamente no sé si será capaz de hacerlo.
::: ¿Cuáles podrían ser las consecuencias?
Una mayor frivolidad, falta de profundización en muchos de los temas y, por tanto, una población que con cuatro ideas cree que ya se lo sabe todo, que ya está informada y, sobre todo, que con esas cuatro ideas se siente satisfecha, que ya no necesita más y eso sí que me preocupa.
::: También hay una brecha entre generaciones por las nuevas tecnologías y eso también puede crear un efecto negativo…
Esa brecha se ha producido porque hay una generación que ya no ha llegado a estas nuevas herramientas, hay una generación intermedia que está haciendo el esfuerzo, le cuesta, pero entiende la importancia y está haciendo el esfuerzo, y ya llegamos a los nacidos después de los años ochenta, que es su medio. Estamos haciendo, como decía Machado, “camino al andar”. ¿Qué va a pasar? Lo vamos a ir viendo. Lo importante es que la gente joven lo estudie, lo analice, lo investigue, porque muchas veces vamos un poco percibiendo lo que está pasando y a lo mejor habrá un momento donde necesitemos sentarnos y decir vamos a reflexionar sobre todo esto. Lo estamos viviendo tan intensamente, estamos tan inmersos en lo que está pasando, que a lo mejor lo que necesitamos es eso, un poco de reflexión y perspectiva para ver dónde estamos yendo y dónde vamos a parar.
::: ¿Podríamos decir que Internet, que ha nacido para facilitarnos la vida, podría jugarnos en contra en cuanto a restarnos algunas capacidades, por ejemplo la creatividad?
Yo soy una optimista constante y lo que creo es que esa creatividad se va a adecuar a esas tecnologías. Es más, si le das vuelta por un momento, las nuevas tecnologías lo que están es abriendo unas posibilidades infinitas a la creatividad. Lo que van a hacer, esa creatividad la van a utilizar de otra manera. El futuro está totalmente abierto.
::: ¿Cree que todos estos avances están quitándole al ser humano ese contacto directo con su par?
Creo que sí, qué va a pasar con eso, ese creo que no es el campo de los periodistas, es más de los sociólogos, de los psicólogos. Hay una serie de profesionales que van a tener que estudiar esto a profundidad. Pero que está pasando, pues qué duda cabe. Cuando te encuentras a dos chavales (jóvenes) sentados en una mesa, en lugar de mirarse, sonreírse, de tocarse, están comunicándose a través de una máquina. Si esto continúa así en el futuro, estamos viendo una generación que no va a saber comunicarse con el otro, que lo que va a saber es hablar con la máquina. Si esto lo extrapolamos, se me ocurre una sociedad verdaderamente aterradora. Que tiene para muchos aspectos muchas ventajas, pues qué duda cabe, pero estamos cayendo en el absurdo, en la tontería.
::: Y estamos hablando de comunicación que no es efectiva...
La comunicación nos ha avasallado de tal punto que ya lo primero que hacemos es tirar de Whatsapp. Si todavía el celular sirve para hablar, vamos a hablar, vamos a contar o resolver el problema. Y eso te lo digo yo que estoy un poco fuera de la generación de nativos digitales, qué será en la generación de gente joven. La gente joven ya no hace ese salto de “espérate que te llamo”, porque no se les ocurre.
::: ¿Y esto puede llevar hasta cierta pérdida de identidad?
Creo que va a producir cambios importantes, creo que sí.
::: En los mensajes de textos, correos y demás, vemos abreviaturas que no están contempladas en ningún diccionario o por la real academia, y después nos podemos encontrar esa escritura en un texto académico…
Esa sí es una tragedia. Es una generación que no ha aprendido a redactar y se expresa de forma escrita con unas formas que evidentemente son útiles para este tipo de tecnologías, pero también hay que saber manejar la otra, también hay que saber expresarse. El lenguaje que utilizan estas máquinas, yo creo que tiene más que ver con los pictogramas egipcios que con cualquier otra cosa. La expresión oral está muy relacionada con lo que una persona ha leído en su vida, y como tampoco ha leído nada, todo esto a lo que realmente conduce es a un empobrecimiento del lenguaje y de la forma de expresión.
::: Este fenómeno también tiene que ver mucho con otras ciencias, como la matemática…
Si tú lo que me estás diciendo que la cabeza, para ese tipo de operaciones eran habituales en los antepasados se está perdiendo, que no te quepa la menor duda. Es más, en las escuelas tradicionales se aprendía a sumar y restar de memoria, se aprendía hasta las tablas de multiplicar, yo creo que ahora ha de ser complicado que los niños se aprendan las tablas de multiplicar, el móvil me suma, me calcula. Tampoco hay que exagerar, creo que la formación de base es fundamental. Si no conseguimos que nuestra población tenga la cabeza bien amueblada, claro que vamos a tener un problema.
::: Ahora yo puedo escoger a qué red social pertenecer, Facebook o Twitter, pero ya inmerso en cualquiera de ellos, en realidad, ¿cuánto control tengo yo de la información que estoy dando en esa red y de lo que hace la empresa detrás de ella?
Sí puedes tener control de lo que le das a esa red, puedes no darle nada y se acabó tu control. En el momento que tú le has dado algo, has perdido el control, eso sí que es cierto. Nuestro control dónde llega, o bueno, mejor no toco nada. Pero desde el momento que tomemos la decisión de abrir estas nuevas ventanas, es cierto no sabemos dónde estamos. Las últimas informaciones que tenemos con el control de EE. UU., indudablemente nos dejan a todos bastante preocupados.
::: Estamos hablando de un acceso casi total a la vida de cualquier persona…
Si no queremos que eso sea así pues nos encerramos, aquí tenéis unos parajes maravillosos, decís me desligo del teléfono, de Internet, y me dedico a mirar a las aves y a otro mundo. Si no decidimos hacer eso, estamos desnudos, delante de quién, no sabemos, y tampoco sabemos qué puede hacer con esa información.
::: ¿Hasta qué punto podemos evitar esos peligros ya estando inmersos en la red y si no nos quedamos como ermitaños?
Yo te podría contestar, pero sería una soberbia por mi parte. Sinceramente, no tengo la menor idea. Cuando los grandes políticos de este país se han visto observados, analizados, grabados, yo entiendo que los grandes dirigentes del mundo tienen las mejores posibilidades de cobertura y de defensa y, a pesar de todo, las nuevas tecnologías han sobrepasado esas barreras de defensa, que poco tenemos que hacer. Realmente tu defensa es tu tecnología cero, pero a partir de ahí yo creo que en este momento no tenemos ningún tipo.
::: ¿Cuáles son los problemas que puede enfrentar un país como Nicaragua con sus rezagos tecnológicos?
Será la población más joven la que se sienta más cómoda, la que empiece a manejar más las nuevas tecnologías. El resto de la población posiblemente termine sus días al margen de las nuevas tecnologías y la gente joven en Nicaragua será exactamente igual que la gente joven en cualquier país del mundo. Yo no creo que haya grandes diferencias entre unos y otros, precisamente porque en cualquier país los jóvenes están accediendo a las mismas bases de información y todo eso está conformando una población joven muy homogénea en todo el mundo. No hay por qué pensar que el joven nicaragüense vaya a ser distinto que el joven de cualquier otro país.
::: ¿El impacto tecnológico va ser igual al de otros países? Teniendo en cuenta que en Nicaragua el acceso a Internet es muy limitado…
Es muy limitado hoy, pero ¿va a ser muy limitado mañana? Es que tampoco lo sabes. Y el acceso limitado tendrá un tiempo, pero los saltos son muy rápidos y además se aceleran en el tiempo. Es decir, lo que hoy está limitado, mañana está un poquito menos. El tiempo se recupera inmediatamente, que esas son una de las cosas que tienen las nuevas tecnologías. ¡Cómo aceleran rápidamente los cambios y los aceleran a una velocidad vertiginosa! Países que han evolucionado a la par que las tecnologías lo han hecho más despacio, al ritmo de las tecnologías. Los que se han incorporado a la tecnología, han dado el salto y se han puesto al día inmediatamente y creo que eso es lo sorprendente que tienen estos nuevos cambios. Cómo permiten dar un salto y acelerarse y ponerse en una situación pareja, en menos tiempo que lo han hecho los demás países que han crecido con la tecnología.
::: Hay ciertas corrientes que dicen que con el uso de las nuevas tecnologías, Internet, la globalización, se está perdiendo un poco la liberta individual e incluso grupal ¿Qué postura tiene usted ante esa creencia?
¿Qué entiendes tú por libertad en el contexto de esta pregunta? Dependencia. La libertad no supone que cada uno decide si se dedica una hora, dos horas o más a la Internet, esa libertad no se ha perdido. Que pueden crear dependencia, indudablemente, y la están creando. En este momento hay una gran parte de la población que si sale de casa sin el celular se siente desnudo. Si no abre el celular cada tiempo para ver si ha recibido un correo se ponen nerviosos. Eso está pasando. A eso yo no le llamaría libertad, le llamaría dependencia, porque la libertad si la tenemos, porque podemos un día coger el celular y estrellarlo contra la pared.
::: Incluso algunos expertos ya están utilizando el termino de adictos, a Facebook, a twitter, a Internet…
Concuerdo, incluso creo que empiezo a participar de esa adicción, que es casi malsana.
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