Hace algunos años los chavalos y chavalas menores de 15 años jugaban pelota y vestían muñecas, aun el más atrevido de los juegos era el “conejo de la suerte”.
La especialista aclara que no se trata de que no deben informarse de la sexualidad, sino que cada evento en la vida del ser humano tiene su edad.
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Hoy la situación cambió. Las muñecas fueron suplantadas por maquillaje, y la bicicleta y las pelotas por el gimnasio, el licor, las fiestas y los noviazgos que muchas veces conllevan a embarazos no planificados o enfermedades de transmisión sexual.
LAS CAUSAS
¿Qué pasa con estas nuevas generaciones de chavalos y chavalas? ¿Será la televisión, los tiempos modernos o la Internet? o ¿será que ya los adultos ven el mundo de otra manera y son los causantes que estos adolescentes sean “más despiertos” que los jóvenes de hace 10 años?
A juicio de la psicóloga Onelia Alegría, del Consultorio Psicológico Integral, el problema radica desde la educación que se inculca a los menores desde el núcleo familiar. Es un hecho que los padres están más pendientes del trabajo o realizar otras actividades, y no atienden a los hijos.
“Prefieren darles dinero, costosos regalos, dejarlos con las asistentes del hogar o a su libre albedrío, sin darles el tiempo necesario para aconsejarlos, hablarles de los riesgos que trae la calle, expresarles ese cariño de padres y que al no encontrarlo buscan muchas veces la aceptación de los demás compañeritos actuando de manera precoz”, agregó.
REFORZAR LOS VALORES
Ante esto, la especialista recomienda que los padres deben de hacer un esfuerzo por reforzar los valores morales que no precisamente deben estar “chapados a la antigua”.
Deben saber negociar con los hijos, comprenderlos, en fin tener una buena comunicación y ponerles límites que no van a afectar el desarrollo social y emocional de los chavalos. Hay que recordar que no se trata de golpearlos por lo que hacen sino que asuman sus errores y aprendan de estos.
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