El universo de Francisco de Goya se apodera de la Pinacoteca de París con la exposición Goya y la modernidad, en la que se muestran desde sus pinturas más coloridas de los primeros años, hasta su visión más cruda con Los desastres de la guerra .
Para Marc Restellini, director del museo parisino, la modernidad de Goya (1746-1828) reside “en su compromiso político, que tiene una traducción gráfica en la fuerza de la ejecución del trazo y en la potencia estética de sus imágenes”.
Su estilo, alejado de los cánones clásicos y de la ortodoxia técnica, así como su temática con retratos psicológicos o grabados de fuerte crítica social, que atacó duramente instituciones como la Inquisición, le convirtieron en un pintor moderno y problemático para las élites.
“Fue de una valentía fuera de lo común”, dijo a Efe Restellini agregando que Goya, a su juicio, muestra sus “opiniones extremadamente marcadas en temas como la religión, la guerra o la sociedad en general”.
La muestra ofrece un recorrido temático en el que, tras una presentación del autor, entra en ese mundo en blanco y negro, haciendo breves paradas en las escenas más ligeras dedicadas a los juegos infantiles, las diversiones populares de cartones para tapices o los retratos.
Pero el punto fuerte son, sin lugar a duda, los aguafuertes y los grabados, y en particular las series de La Tauromaquia, Los desastres de la guerra, Los Disparates y Los Caprichos , realizadas al final de su vida.
Estos grabados, según Restellini, constituyen “toda una visión de esa sociedad” y, en su opinión, aunque pueda resultar exagerado decir que Goya fue el primer reportero, “es una afirmación bastante cercana a la realidad”, por el testimonio de su obra.
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