José Garth
Un pegadero ubicado en Unikuas, entre Mulukukú y Río Blanco, es el dolor de cabeza del sector transporte, que tuvo que soportar largas esperas, porque quedaron quebrados y atascados de lodo durante varias horas buses y rastras que van hacia los municipios caribeños.
De Siuna a Managua el tiempo de viaje normalmente es de diez horas, ahora los buses se tardan 16 horas para poder llegar a su destino debido a los pegaderos que se han formado en los últimos días producto de las lluvias.
Es imposible pasar en esos pegaderos, una rastra estaba quebrada y tuvimos que esperar toda la noche que la repararan y la pudieran quitar para pasar, dijo Fabio Gutiérrez, quien viajaba en un camioncito con mercadería hacia Siuna.
“No se puede pasar por la carretera, se ha hecho un enorme hoyo lleno de lodo, donde quedan atascados los buses, hicieron un desvío por un lado pero igual está bien feo eso”, comentó Gutiérrez.
Las vías hacia el Caribe fueron deterioradas con las lluvias caídas en los últimos días, que han provocado la crecida de los principales ríos de la ciudad, la inundación de algunas comunidades y pérdida de cosechas de poblaciones de Waspam, Puerto Cabezas y Prinzapolka.
La vía troncal ha sido severamente dañada, y las vías hacia las comunidades en los municipios está peor, donde los transportistas no utilizan buses sino camiones para poder entrar y salir de las comunidades, por el mal estado de las vías.
El sábado un equipo del Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI) fue enviado a Unikuas para atender de forma inmediata el pegadero que ha provocado los atrasos en la vía, declaró a LA PRENSA el delegado del MTI, Alberto González.
“Ya enviamos un módulo para atender esos pegaderos, esperamos que esa situación se pueda mejorar en los próximos días”, comentó el funcionario.
Ayer 13 buses quedaron atascados en Unikuas, donde las maquinarias del MTI rellenaron con material que despegó la vía por poco tiempo, pero horas después el pegadero tenía atrapado a más de trece buses y camiones que amanecieron pegados y con la luz del día se auxiliaron entre ellos y lograron salir del atolladero, confirmó a LA PRENSA Benjamín Mairena Mendoza, quien viajaba en su vehículo particular.
Ayer el bus de transporte colectivo que cubre la vía Bonanza-Rosita quedó atrapado en el camino, en uno de los pegaderos que han aparecido en la vía.
Ver en la versión impresa las páginas: 6 A