Humberto Galo Romero
Lo primero que llama la atención al ingresar a esta casa es la cantidad de adornos metálicos con que está decorada. Mariposas, peces, reptiles, búhos e inclusive un Cristo comparten las paredes y estantes de Arte Metálico, la pequeña empresa fundada por Piedad Cuadra y su familia hace ya veinte años.
Cuadra, una mujer de maneras afables, es una exadministradora transformada en empresaria por iniciativa propia. “A finales de los años noventa yo administraba un proyecto de la cooperación suiza, el cual consistía en construir silos para almacenar granos básicos, pero siempre quedaba una gran cantidad de material sobrante, el cual se tenía que enterrar”, compartió.
Fue en ese momento que tuvo la idea de dar otro uso al material, inició a experimentar y desarrollar algunos diseños con el sobrante del metal.
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“Siempre tuve inclinación por los dibujos, así que inicié a elaborar algunos bocetos, primero sobre cartón y luego me aventuré a efectuarlos en el metal, lo primero que hice fue un búho, hasta hoy conservo esa primera pieza y es de hecho el logotipo de la empresa, luego de eso conforme fuimos adquiriendo pericia iniciamos otros diseños”, rememora Cuadra.
EMPRESA FAMILIAR
Una vez que el proyecto de la cooperación suiza cerró operaciones, Cuadra, su esposo, y su hijo enfocaron todo su esfuerzo en lograr la consolidación de la empresa. Fue así como poco a poco fueron mejorando los diseños, y acondicionando algunos espacios de su casa en Las Brisas, Managua, tales como: área de elaboración de diseños, pintura, bodega y la sala de venta, en tanto en Ciudad Sandino establecieron un pequeño taller en cual lijan y sueldan las piezas metálicas que luego son enviadas a la casa de los Cuadra, en donde se les dan los detalles finales.
“Catorce años tiene la empresa de estar constituida legalmente y de comercializarnos a nivel nacional”, explica Cuadra.
DIVISIÓN DE ROLES
Cuadra platicó que cada uno de los miembros de la familia tienen un rol específico en la empresa, por ejemplo, su hijo Eduardo es el encargado de efectuar los cortes finos en los distintos diseños; su esposo es quien se encarga de pintarlos con espray y la joven vecina Jaqueline es quien da los toques finales con pinceladas finas en los detalles de cada una de las piezas.
Según la empresaria en promedio los precios en los que comercializan sus productos oscilan entre los 75 y los 350 córdobas (diseños especiales o personalizados). Mencionó que tan solo en temporada alta como son octubre, noviembre y diciembre ellos pueden llegar a recibir pedidos de hasta cien piezas.
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