Wendy Álvarez Hidalgo
“Si yo no trabajo más, no es porque no quiero, sino porque no hay trabajo (formal y de calidad)”, enfatiza Báez.
Sobre la deuda del Estado, Báez dice que existe y son más de 600 millones de dólares. “Hay documentos que los sustentan”, precisa. Esto en respuesta a las afirmaciones que hizo el asesor para asuntos financieros de la Presidencia, Bayardo Arce, de que no existen documentos que soporten esa deuda, pero aún así enviarán en las próximas semanas una iniciativa de ley para que dicho monto sea asumido por el Estado y cancelado en los próximos 50 años.
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El mercado laboral nicaragüense no ofrece las condiciones para que los trabajadores extiendan su vida laboral a 40 años cotizables para conseguir el 80 por ciento de su base salarial como pensión, tal como lo obliga ahora la reforma administrativa al Seguro Social con el cambio de la fórmula de cálculo de las futuras pensiones.
Esta es la advertencia que hacen expertos, quienes recuerdan que el mercado del trabajo en Nicaragua es inestable, con baja productividad, con salarios precarios y en proceso de envejecimiento.
Esa realidad, añaden, condena a los trabajadores a obtener al final de sus años de trabajo pensiones precarias y por ende llevar una vida económicamente deteriorada durante la vejez, principalmente para aquellos que no logren completar las 2,080 semanas cotizadas para obtener el 79.7 por ciento de su salario base promedio como pensión.
Antes de la reforma administrativa, con 1,530 semanas cotizadas (equivalente a 30 años cotizables) se obtenía el 80 por ciento del salario base como jubilación.
El problema, según el economista Adolfo Acevedo, es que la vida laboral cotizable en promedio es entre 15 y 22 años, lo que confirma que pocos serán los trabajadores que al jubilarse obtendrá una buena pensión, más aún ahora que se requieren más años cotizando.
Tal es la inestabilidad del mercado laboral que, según datos del propio Gobierno, en 2012 un total de 980,251 personas cotizaron al menos una semana al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), pero solo el 36.5 por ciento tuvieron trabajo permanente.
Además, de las tres millones de personas que están en el mercado laboral, solo 692,200 están asegurados; es decir que solo el 23 por ciento está en el sector formal.
Lo que más lamenta Acevedo es que, a pesar de que el Gobierno admite que los nicaragüenses deberán trabajar más para conseguir una mejor pensión, hasta hoy no se conoce un plan encaminado no solo a aprovechar el bono demográfico, sino también a mejorar la calidad del empleo y elevar la productividad en el país. Esto garantizaría, añade, que los trabajadores tengan asegurado un empleo productivo y formal durante los próximos 40 años.
“En todo caso, las medidas anunciadas asegurarían la solvencia del INSS hasta 2036; es decir, solo por 22 años más. Pero el problema verdaderamente grave comenzará precisamente en el periodo siguiente, después de 2036, cuando el país comenzará a experimentar el proceso de envejecimiento verdaderamente acelerado de su población, y cuando gran parte de la actual población joven se estará comenzando a jubilar en masa”, alerta.
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