Lucydalia Baca Castellón
Aunque la Ley de Concertación Tributaria (LCT) que entró en vigencia en enero del 2013 pretendía atraer a unas 90,000 pequeñas y medianas empresas (pymes) que se estima se encuentran en la informalidad, se convirtió en una pesada carga que puso en riesgo la viabilidad económica de las que ya estaban inscritas en el régimen de cuota fija, por el alto incremento que representan en el pago de impuestos.
Según el economista Adolfo Acevedo, las cuotas que se establecieron a los seis segmentos de ese régimen representan entre el 2 y el 5.5 por ciento de sus ingresos brutos. Tributo que resulta más alto al compararlo con el pago mínimo definitivo que se impuso a empresas más grandes, y que equivale únicamente al uno por ciento de la renta bruta.
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