El aumento del número de yihadistas franceses, belgas o británicos que se van a Siria para luchar junto a la rebelión preocupa a los gobiernos europeos, que temen el regreso de esos combatientes radicalizados a sus países de origen.
Decenas de yihadistas europeos han muerto en combate, resultado heridos o apresados por el Ejército sirio. Y el número de los que tratan de llegar a Siria no cesa de aumentar, señalan varios expertos consultados por la AFP.
Siria afirmó recientemente que “numerosos” servicios de inteligencia occidentales enviaron agentes a Damasco para pedir cooperación en materia de seguridad y de información sobre los combatientes islamistas. Contactos sobre los cuales no hubo ninguna confirmación por parte de los países occidentales.
Según el ministro francés del Interior, Manuel Valls, 250 franceses combaten actualmente en Siria y 21 han muerto. Por su parte, el ministro belga de Relaciones Exteriores, Didier Reynders, dio cuenta de unos 200 belgas presentes en Siria y de 20 muertos.
“Y, sin embargo, esos yihadistas europeos incomodan y representan una carga para la oposición siria moderada, que prometió a los gobiernos europeos no recibirlos”, afirma el especialista del islam Mathieu Guidère.
“Pero son recibidos con los brazos abiertos” por el Frente Al Nosra, rama oficial de Al Qaeda en Siria, y por el Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL), grupo también ligado a Al Qaeda, “que los enmarcan”, pese a que “no les son útiles en el plano militar”, porque “su mediatización refuerza la visibilidad de los dos movimientos”, explica Guidère.
Eric Denécé, director del Centro Francés de Investigaciones sobre Inteligencia (CF2R), confirma: “Los grupos no radicales, más bien nacionalistas, están hartos de los 'extranjeros', en particular los chechenos, que acuden al país”.
En su opinión, “los yihadistas franceses no tienen experiencia de combate y sus riesgos de morir aumentan aún más a raíz de los enfrentamientos entre las facciones de la rebelión”.
“Técnicas sofisticadas”
Además, “la mayoría de los franceses que fueron a Siria a combatir regresan porque fueron rechazados por los rebeldes”, indica Mathieu Guidère, que estima, sin embargo, que los que vuelven “no representan un verdadero peligro”, mientras “Francia no cambie radicalmente su política con respecto a Siria”.
Usama Hasan, de la Quilliam Foundation, instituto de investigaciones sobre el islamismo con sede en Londres, evalúa los efectivos de yihadistas británicos en Siria entre 200 y 1.200. Estos se unen en su mayoría al EIIL y a Al Nosra, salvo unos pocos de origen sirio que van a los grupos moderados.
“Es muy tentador para un joven, incluso si trabaja o estudia en la universidad y mucho más si ha abandonado los estudios o tiene un trabajo poco valorado, decirse 'abandono todo y voy a hacer la gloriosa guerra santa'”, comenta Hasan.
En opinión de este experto, la mayoría de los combatientes quieren, ante todo, librar a Siria de Bashar Al Asad más que importar las técnicas yihadistas a Gran Bretaña.
La policía británica anunció el lunes una quinta detención de una persona que venía de Turquía o que quería trasladarse a ese país fronterizo con Siria.
Thomas Pierret, miembro del instituto belga Red Multidisciplinaria de Estudios Estratégicos (RMES), declara que no quiere “ser alarmista, pero que más de 200 para un país como Bélgica es un número muy alto”, añadiendo que “estadísticamente, hay más probabilidades que algunos planteen problemas al regresar”.
Algunos de los belgas que parten a Siria para luchar “deben contentarse con conducir vehículos, porque, dado el número de combatientes experimentados en la región, podemos imaginar que no mandan directamente al frente a un muchacho llegado de Bélgica sin ninguna experiencia”, señala Pierret.
No obstante, ha habido “atentados suicidas” y “puede pensarse que hubo extranjeros entre los autores”, ya que “las misiones suicidas exigen una gran determinación, pero no necesariamente una gran experiencia militar”, agrega.
El experto concluye que “incluso si vuelven sin experiencia, podrían ser capaces de organizar una célula de apoyo en Europa”.