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Hermanos lejos de su patria

Enrique Martínez Gamboa

“Ecce quam bonum est iocundum habitare fratres in unum”, dice el salmo.

Pasaron el 7 de diciembre y sus alegres novenas y Gritería, que arrancaron de nuevo las lágrimas, la emoción, el arte, la felicidad de cantarle a Nuestra Señora en sus más bellos altares, desde los más majestuosos y elaborados de nuestras ciudades, hasta en aquellos y lejanos caseríos de nuestra patria.

Dijimos adiós a nuestros gofios, a nuestros bienmesabes, a nuestros cohetes, cañas, ayotes en miel y limones, ahora sustituidos por grandes sacos de alimentos, para mitigar disimuladamente el hambre de muchos pobres que siguen siendo pobres.

Pasó también el 8 de diciembre y con él las primeras comuniones de nuestros pequeños, que con la blancura de sus vestidos nos hicieron volver la mirada melancólica a nuestra infancia ya ida y con ella nuestra inocencia.

Luego llegó el 24 de diciembre y su “Misa de gallo”, (o más bien de gallina, pues cada vez la celebramos más temprano, ya que, aunque “vivimos en el país más seguro de Centroamérica”, sentimos temor andar de noche por nuestras inseguras y obscuras calles”, su “Noche buena”, sus pesebres y árboles de Navidad de intermitentes luces; ahí alrededor de la mesa estuvimos todos juntos cenando, nuevas y viejas generaciones, familiares y amigos con los que cantamos reímos, gozamos y de emoción, hasta lloramos.

Amanecimos el 25, somnolientos todos, los adultos felices de estar “todos juntos”, aunque haya sido a través del teléfono o de la Internet, y los pequeños felices por el regalo del Niño Dios.

Llego el fin de año y, con él, los sentimientos de mucha o poca alegría, “según como nos haya ido en la feria”; y el primero de enero como quien se acerca temeroso a la boca de lo desconocido, terminando así nuestro anual recorrido con la Fiesta de Reyes del 6 de enero, la alegría de los mal portados.

Pero hoy todo eso quedó atrás, atrás quedaron la alegría y felicidad del reencuentro con los familiares, parientes, amigos y coterráneos, y el tiempo, nuestro cruel amigo, ese que nunca perdona, nos marca fríamente en el calendario, que ya llegó el día de despedirnos, que es hora de volver cada uno a su cruda realidad.

La realidad de tener que irnos de nuevo de nuestro país porque en él no hay trabajo ni oportunidades para todos; la realidad de tener que ir a tierras ajenas y lejanas para poder enviarles las remesas cada vez más raquíticas a nuestros familiares que se quedan; la realidad de volver a otras tierras, muchas veces a sufrir en silencio la separación, la soledad, el desprecio, la marginación, la xenofobia; a tener que luchar solos en otros países, con diferentes culturas, con otras costumbres, con otras creencias, con otros idiomas, con otra música y hasta con otras comidas, porque la economía en Nicaragua va de mal en peor, con el combustible más caro de Centroamérica (y eso que ahora somos un país exportador del mismo).

Mientras aquí se nos quiere hacer creer que nuestra economía va creciendo a pasos seguros y rápidos, si así fuera, ¿por qué entonces sigue yéndose tanta gente fuera de Nicaragua? Como muestra, el señor embajador de Costa Rica señalaba recientemente que a diario más de 1,500 compatriotas abandonan este para irse a ese país, que alberga a casi un millón de nicaragüenses. Si a esto le sumamos los que se van a Panamá, Honduras, El Salvador, Guatemala, México, EE. UU., Canadá, España, etc., nos daremos cuenta que es una verdadera estampida de hermanos que han tenido que dejar su suelo, su familia, sus costumbres, sus comida, sus amigos y lo peor: en contra de su voluntad.

¡Cuánto talento humano se ha ido! ¡Cuántos connacionales nuestros están levantando la economía de otros países, porque no hay espacio para ellos en su propia tierra! ¡Cuántos se marcharon y ya no volvieron!, formaron sus familias con personas de otros países y su terruño queda solo en la cabanga del recuerdo. ¡Cuántas veces más las madres tendrán que salir a buscar en otros países a sus hijos!, que por hambre, partieron un día y nunca volvieron. ¿Cuántos se marcharán este año y ya nunca volverán?, quedarán lejos de su tierra, en algún cementerio o fosa clandestina, desconocidos y olvidados, con la triste nostalgia de haber querido volver a su tierra… como la anciana de Mozambique.

En cambio, si hay y habrá oportunidades: trabajo, tierras, proyectos, pasaportes y nacionalidades regalados para chinos, cubanos, taiwaneses, coreanos, etc. Lejos de ser Nicaragua para los nicaragüenses, decimos: Nicaragua para quien dé más a los regala patria en turno. El autor es sacerdote y licenciado en Derecho.

Opinión Hermanos patria archivo

COMENTARIOS

  1. Cony
    Hace 10 años

    Y asi recorrieron los mares en la Pinta, la Niña y la Santa Maria, Cristobal Colon y todos los que con el venian a buscar nuevas oportunidades a otros mundos para conquistar y llevarse las riquezas de America. En fin la migracion a existido toda la vida y seguira existiendo, todos escogemos donde queremos vivir, demas esta decir que para que hacer lastima si cada uno escoge lo que quiere hacer al menos hay libertad de ir y venir cuando nos de la gana.

  2. El Observador
    Hace 10 años

    No entiendo nada cuando el sacerdote Martínez dice que ” la realidad es tener que irnos de nuestro país porque en él no hay trabajo ni oportunidades para todos.” ¿ Por qué se incluye él, acaso tambien sale a ganarse la vida fuera del país?

  3. Román Alberti Gutiérrez
    Hace 10 años

    El Padre Enrique ha tocado un tema que es la cruda realidad de nuestra Nicaragua, la diáspora es innegable, a pesar de que la propaganda gubernamental se jacta de estar haciendo crecer la economía, cada día son muchas las familias que se desintegran por la necesidad de buscar solución a sus problemas de sustento y es por ello que tienen que ir a sufrir la humillación a otros países. Es triste ver como teniendo tantos recursos no somos capaces de crear empleos dignos para nuestro pueblo

  4. Mario Icabalzeta
    Hace 10 años

    Señor Martínez, su artículo es exagerado, en Nicaragua vivimos millones y solo una pequeña parte está en el exterior, en Nicaragua también hay millones que trabajan, que luchan por seguir adelante,
    le pongo de ejemplo la misma España, donde solo en un año emigraron 200,000 españoles, porque ahí se ha destruido el 26% de trabajo, la mayoría de latinos han regresado a sus países porque no hay trabajo en España, por favor no quiera hacerle el favor a la oposición, que con eso no ayuda

  5. Edwin Sequeira
    Hace 10 años

    El Observador, es una regla gramatical aplicada a una accion futura que se puede dar, y por supuesto tiene que incluirse porque el forma parte del pueblo de Nicaragua que puede emigrar.

  6. Julio
    Hace 10 años

    En Nicaragua el decir la verdad es un delito tanto para los que mal gobiernan nuestro pais como todos los serviles que por su gran ignorancia les enganan con unas hojas de zinc, o alguna remesa mensual. Y no cabe duda que la exposicion del Licenciado no tiene brecha alguna, preciso y con todos los detalles de lujo, una triste realidad que nos ha tocado vivir a todos aquellos que no hemos sido participes de los opresores y corruptos que mal gobiernan nuestro pais, le felicito padre por esto.

  7. justiciero
    Hace 10 años

    Que se prepare Costa Rica. La proxima ola sera de borregos.

  8. Por Que Esta Pesadilla?
    Hace 10 años

    Sufren millones tanto los que viven en el pais como los emigrados, y uno se pregunta una y mil veces: como puede esto ser posible solo para que unos pocos y mejor dicho una familia viva a cuerpo de rey? Por que tanta docilidad de la policia, del ejercito, de algunos miembros de la iglesia, de politicos? Increible q hasta los jovenes se dejen manipular.
    Padre, perdoneme, pero parece q nos han dado a beber aguadcalzon, estamos embrujados, carma o no pedimos sabiduria a Dios para q nos guie.

  9. Lombardo
    Hace 10 años

    Esta es táctica del gobierno Estalinista que tenemos. Aunque el espíritu del nica es migrador, este no justifica las estampidas que se han producido desde que los “libertadores de la opresión” tomaron el poder en 1979. Desgobernaron 10 años, siguieron desde abajo y ahora están de nuevo arriba y siguen desbaratando al país. El que se va esta descontento, mejor que se vaya. Así se evitan ser destronados. Y que les importa si ellos gozan de lo saqueado, vistiéndose de levita y manejando mer

  10. Rubén
    Hace 10 años

    Los recursos alli están, lo que hay en Nicaragua como en casi todo el mundo es una distribución tan desigual de estos. Aqui vemos empresas de familias poderosas que no se tocan el corazón para pagar los sueldos miserables que pagan mientras exigen ganancias cada vez mayores. Hay suficiente tierra para producir y generar empleos, lo que pasa es que hoy mas que nunca el egoísmo, la envidia y la vanidad hacen que el dolor humano sea indiferente cada vez mas

  11. Julio
    Hace 10 años

    Siempre sale algun anormal que quiere congraciarse, el Sacerdote de manera responsable ha expuesto un tema que nos incumbe a todos los nacionales que una vez que tuvimos de que dejar nuestro pais, a consecuencia de los pinateros, malanddros, violadores y corruptos que mal gobiernan nuesstro pais. El tiene bien claro la vision y realidad de lo que hemos vivimos nosotros en el exilio por los regimenes que solo han ocasionado desgracias, hambre y extrema pobreza a nuestra gente, y ellos? son ricos

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