Elizabeth Romero
“Bienvenidos muchachos, ustedes serán parte del cártel del Golfo”. La noticia la recibió Óscar Israel Rivera Flores, un nicaragüense que llegó a Guatemala, según su testimonio ante la Fiscalía, a trabajar en una caballeriza.
Otro relato es el del padre de Ismael González. Según don Sebastián González, su hijo salió de Quilalí a mediados del 2011 en busca de trabajo, sin embargo en México, en lugar del trabajo ofrecido, le dieron armas de fuego para cometer delitos y enfrentar a bandas rivales.Estos son dos de los casos que se han ventilado en los juzgados de Nicaragua y que ponen en evidencia el reclutamiento que están realizando organizaciones criminales, principalmente de México, entre jóvenes del país.
La Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (Anpdh) ha denunciado la presencia de reclutadores del crimen organizado en Nicaragua.
Sicariato, escolta, y participación en delitos son los destinos de aquellos reclutados bajo la promesa de un trabajo con salarios que nunca podrían obtener en el país. Buscan principalmente a aquellos jóvenes que tienen algún entrenamiento en manejo de armas.