La batalla debe ser intensa, si es que Nicaragua quiere evitar una nueva epidemia, así lo advirtió el epidemiólogo Leonel Argüello.
El especialista dijo ayer a LA PRENSA que los esfuerzos deben ser el doble a los aplicados el año pasado para combatir la epidemia del dengue que azotó al país, si es que se quiere evitar una nueva.
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El dengue, aún presente, y la posibilidad lejana pero real de la llegada de un nuevo virus, el Chikungunya, ponen al mosquito Aedes aegyti como el blanco a combatir, al ser este el agente vector (transmisor) de ambos virus.
“Si no se trabaja con mayor fuerza en el verano, más incluso del que se hizo el año pasado, se volverá a tener una nueva epidemia”, advirtió Argüello, que a la vez dijo que “el mayor énfasis debe estar en la adecuada información e instrucción de los ciudadanos”.
Pese a las intensas jornadas de abatización y fumigación, en el inicio de este año se ha mantenido la fuerte presencia de mosquitos, lo que lleva a Argüello a deducir que el problema está en que no se están eliminando los criaderos del zancudo en las viviendas.
“Este trabajo no solo puede hacerlo el Gobierno, es de todas las personas”, explicó el epidemiólogo.
El principal consejo que Argüello puede dar a las autoridades es la intensificación de la información a los ciudadanos, con mensajes más directos, recomendaciones específicas y coherentes.
2004
es el año en el que el virus Chinkungunya comenzó un mayor avance, partiendo de África y Asia. En 2010 se dieron los primeros reportes en Europa, Estados Unidos y las islas del Caribe.
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