Anagilmara Vílchez Z.
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Cuando viaja en los microbuses interlocales Yuran Castillo va “ojo al Cristo”. Él sabe que los asaltos a bordo de estas unidades de transporte han aumentado, por eso en sus periplos no se fía de nadie.
“Hay veces uno se sienta y cuando mira llega el de la par y le sacan a uno los riales o la cartera”, dice Castillo, quien está convencido de que si los usuarios del transporte público no fueran atiborrados en los microbuses quizás las probabilidades de robo serían menores.
“modus operandi” más agresivo
“Ahí van sentaditos y después salen en el camino que son ladrones”, asevera José Ramón Romero, chequeador de la cooperativa Sapasmapa.
Romero relata que desde que varios hombres abordaron un microbús de esta cooperativa simulando ser pasajeros y luego con pistolas y machetes les robaron más de cuatro mil córdobas y lesionaron al ayudante de la unidad de transporte, se decidió que estos interlocales no se detendrían después de las 7:00 p.m. en algunos puntos críticos de la ruta Managua-Jinotepe. Para ellos esa fue la única alternativa porque las autoridades “no dieron con los ladrones”.
Arnulfo Balladares, controlador de las unidades que viajan de Managua a Granada, desconoce si los asaltos son perpetrados por alguna banda delictiva, lo que sí sabe es que “una noche de estas se montó (un ladrón) y le arrebató un celular a una muchacha”, esto, a pesar de que según él, “se va tomando la precaución de no montar a nadie sospechoso”.
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