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La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Javad Mohamed Zarif, en las conversaciones de Irán y el grupo 5+1 y la Unión Europea (UE), en Viena el 18 de febrero de 2014

Comienza negociación para un acuerdo definitivo sobre el programa nuclear iraní

En las negociaciones participan altos funcionarios de los países del grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia más Alemania) y el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Javad Zarif.

Irán y las grandes potencias comenzaron este martes en Viena las difíciles negociaciones en busca de un acuerdo definitivo sobre el programa nuclear iraní en un clima persistente de escepticismo y desconfianza.

En las negociaciones participan altos funcionarios de los países del grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia más Alemania) y el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Javad Zarif.

La reunión que en principio debe durar tres días está presidida por la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton. El lunes, después de una cena de trabajo con Ashton, Zarif declaró que estaba en Viena “con la voluntad política de llegar a un acuerdo”.

Por su lado, el guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, declaró que las negociaciones consecutivas al histórico acuerdo de Ginebra “no iban a llevar a ninguna parte” pero que no se oponía a ellas.

Un acuerdo definitivo permitiría una normalización de las relaciones internacionales entre Irán y Estados Unidos, rotas desde hace 35 años, y descartaría la opción militar, evocada recientemente por el secretario de Estado estadounidense, John Kerry.

El 24 de noviembre pasado en Ginebra, los iraníes y el grupo 5+1 concluyeron un acuerdo transitorio de seis meses por el cual Irán congeló algunas actividades nucleares sensibles a cambio del levantamiento de una parte de las sanciones que afectan a su economía. Irán suspendió el enriquecimiento de uranio a 20 %, etapa importante hacia un nivel militar (90 %).

El acuerdo, vigente desde el 20 de enero pasado y supervisado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), debe transformarse ahora en un acuerdo global que garantice sin la sombra de una duda el carácter pacífico del programa nuclear iraní.

Las grandes potencias e Israel, única potencia nuclear de Medio Oriente, sospechan que Irán desarrolla un programa nuclear con fines militares, lo que el Gobierno iraní niega.

El embajador iraní en Austria, Hasan Tajik, a su llegada a un hotel de Viena de cara a las reuniones con los representantes de los países del grupo 5+1 e Irán, el 17 de febrero de 2014

Expertos y diplomáticos consideran poco probable que se llegue a un acuerdo en un plazo de seis meses, pero el plazo de negociaciones que vence en julio podría ser prolongado hasta un año por consentimiento mutuo. “Estas negociaciones son la mejor oportunidad que hayamos tenido hasta ahora para resolver” el asunto, consideró el lunes un alto responsable estadounidense. Sin embargo, “una falta de avances en las negociaciones” podría “reforzar la percepción de que Irán tergiversa” y daría argumentos a los congresistas estadounidenses para implantar más sanciones, dice el Centro de Estudios Políticos Europeos.

Eso debilitaría el margen de maniobra del presidente del país, el moderado Hasan Rohani, impulsor del deshielo de los últimos meses, frente a los duros del régimen iraní que se oponen a cualquier compromiso.

Para obtener la suspensión del conjunto de las sanciones internacionales, Irán tendrá que cerrar el sitio de enriquecimiento de Fordo, construido bajo un montaña, y reducir la cantidad de centrifugadoras que sirven para enriquecer el uranio, estiman los expertos. También deberá enterrar definitivamente su proyecto de reactor de agua pesada de Arak, del cual podría extraer plutonio que puede ser utilizado para fabricar una bomba, agregan.

Combinadas con inspecciones más frecuentes de la AIEA, esas medidas podrían trabar considerablemente la capacidad de Irán de fabricar un arsenal nuclear.

Uno de los negociadores iraníes, Hamid Baidinejad, advirtió el domingo que Irán rechaza que se le prohíba la utilización de la centrifugadoras de nueva generación que está experimentando. Se trata de uno de “los puntos centrales” para llegar a un acuerdo a largo plazo, dijo.

Irán quiere conservar el reactor de Arak para la producción de isotopos médicos, aunque está dispuesto a estudiar “medidas técnicas para el combustible producido para disipar inquietudes”, agregó Baidinejad.

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