Leonor Álvarez
Una silla, una mesa y seis fotos son las únicas piezas originales que se muestran en la Casa Museo donde creció Augusto C. Sandino. El resto de las reliquias: muebles, objetos, retratos, cuadros y utensilios son réplicas de las originales.
Esta Casa Museo fue reinaugurada el pasado 21 de febrero, para conmemorar el octogésimo aniversario del asesinato del General de Hombres Libres. El museo tenía casi 24 años cerrado, luego de que el 2 de julio de 1990 fue saqueado por órdenes de la ahora primera dama Rosario Murillo Zambrana, según denunció el alcalde niquinohomeño de ese entonces, Augusto Gómez.
Ni siquiera Rosa Argentina Alvarado Sandino, sobrina del general Sandino, conserva objetos originales del héroe nacional, más que una mesa restaurada, aunque ella fue la última persona de la familia Sandino que vivió en la Casa Museo, la cual era propiedad de Gregorio Sandino, padre del guerrillero.
“Ese es el legítimo comedor que se usaba. Cuando él (Sandino) venía de la montaña allí comía”, cuenta Alvarado, de 80 años, a quien se le debe hablar bien fuerte para que escuche.
La Casa Museo está ubicada frente al parque Central de Niquinohomo, y según explicó el guía del Instituto Nicaragüense de Cultura (quien no quiso dar su nombre), esta es la primera etapa del proyecto de restauración, porque aún faltan al menos tres etapas.
La sobrina de Sandino, Rosa Argentina Alvarado, dijo que en un tiempo alquiló la casa a la Alcaldía, para que la usaran como escuela.
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Alvarado no está clara de cómo se fueron desapareciendo la mayoría de los muebles y objetos de la casa. Recuerda que un par de cosas las regaló ella misma a otros familiares, sin embargo, no descarta que otras cosas las tenga la actual primera dama de la República. “Puede ser que las tenga ella”, dijo Alvarado en su casa de Niquinohomo, que queda a algunas cuadras de la Casa Museo.
Las réplicas de mesas, sillas, armarios, banquitas y otros muebles son elaborados por un primo en tercer grado de Sandino, nieto de una prima de la mamá de Sandino, Blas Santiago Campos Calderón.
Campos aún está en proceso de elaborar algunas piezas y muebles que faltan, en la primera etapa de la Casa Museo.
NOTICIA DEL SAQUEO
Una noticia publicada el 6 de julio de 1990 en LA PRENSA relata que el saqueo de la Casa Museo de Sandino en Niquinohomo se efectuó el lunes 2 de julio de ese mismo año, a la medianoche, con la complicidad del administrador del museo, Emilio Ulloa, y trabajadores de la entonces Asociación de Trabajadores de la Cultura (ASTC), que se llevaron las reliquias del general y solo dejaron enseres de cocina, unas sillas antiguas y un busto de Sandino que era muy pesado, detalla la noticia, escrita por el periodista Félix Navarrete, hoy vocero del Consejo Supremo Electoral (CSE).
Según el artículo periodístico, Ulloa explicó al entonces alcalde de Niquinohomo, Augusto Gómez, que el saqueo se produjo por órdenes de Rosario Murillo. “Rosario todavía manda”, dijo Ulloa a Gómez, ya que los sandinistas habían entregado el poder a Violeta Barrios de Chamorro en abril de ese año.
Entre las pertenencias que los sandinistas se llevaron del museo están: una máquina de escribir Remington que Sandino le había dado a su esposa Blanca Aráuz, una pluma fuente, su traje militar, varios fusiles Springfield, una vitrola RCA, un álbum de fotografías, unas cartucheras y un anillo del general.
Todas las pertenencias fueron trasladadas en ese momento, junto a otras que estaban en San Rafael del Norte, al museo “Augusto César Sandino” que Daniel Ortega y Rosario Murillo construyeron detrás del centro de convenciones César Augusto Silva.
Algunos vecinos de la Casa Museo aún recuerdan cuando llegaron al menos tres vehículos por la noche a llevarse las pertenencias de la familia Sandino, pero son temorosos a dar sus nombres porque perderían la oportunidad de recibir beneficios del Gobierno.
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