“Casa, universo y ser, son los elementos sagrados y mágicos de la poesía de Isolda Rodríguez Rosales que le permiten desplazarse con plena libertad por categorías y concreciones infinitas como el tiempo y el espacio”, afirma Anastasio Lovo, al valorar el segundo poemario Casa sosegada de Rodríguez.
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Dicho texto está dividido en tres estancias: Buscadme en la ola; Estás en Nicaragua; Se escucha un llanto, un gemido; con ellas Isolda deja testimonio poético del dolor humano, tangible e hiriente, escrito en el sosiego de las casas en la noche, destaca Lovo en su prólogo.
DOS POEMARIOS
“Escribir poesía ha sido una forma de dialogar con los que se fueron”, confiesa la escritora Rodríguez Rosales, al referirse a los primeros versos que escribió en los años ochenta después de la muerte de su madre, hermana y esposo, que aparecen en Casa sosegada.
Asimismo reveló que algunos de estos escritos no incluidos en el presente libro ahora forman parte de Navegante sin tiempo , en imprenta, que espera dar a conocer próximamente.
Señaló que ambos poemarios tocan temas del feminicidio y trata de personas e incluyen versos íntimos.
LAS DIOSAS DE ELAM
Rodríguez Rosales también anunció que tiene en imprenta su libro en prosa Las diosas de Elam, relatos de mujeres de la Biblia, escritos desde una perspectiva no patriarcal, y será presentado en julio por la editorial Uruk de Costa Rica.
Entre sus narrativas publicadas cuenta con La casa de los pájaros, Daguerrotipos y otros retratos de mujeres, Me queda la palabra, Una mujer sin nombre; así como otros textos y críticas literarias.
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