Lucydalia Baca Castellón
Entre 30 y 40 millones de dólares se han invertido en el establecimiento de la industria para el aprovechamiento de esta madera, según datos de esta asociación.
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Se requieren unos 5,000 dólares para establecer cada hectárea y llevarla a los primeros años de crecimiento.
Eso además de reducir drásticamente la presión sobre los bosques naturales ubicaría a la industria forestal a la cabeza de las exportaciones locales, dijo el presidente de la asociación, Salvador Mayorga.
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Para el asesor presidencial en asuntos ambientales Jaime Incer Barquero, el potencial para el cultivo de madera en Nicaragua es inmenso por la cantidad de tierras ociosas que existen.
Aunque considera que en realidad los ociosos son los dueños de estas tierras que no tienen la visión de cambiar la tradición de su uso.
Incer instó al Gobierno a promover el cultivo de la madera.
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Después de décadas en las que la explotación maderera ha puesto en peligro la existencia de los bosques naturales y la estabilidad ambiental del país, desde 2014 Nicaragua cosecha madera cultivada en plantaciones comerciales, que además de abastecer a la industria local se exportará con valor agregado.
Hace más de catorce años, en 300 fincas de todo el país se establecieron entre 20 mil y 22 mil hectáreas de caoba africana, pochote, roble, granadillo, laurel, cedro real, jenízaro, ceiba y otras especies nativas. Desde este año, estas plantaciones producirán anualmente 40,000 pies cúbicos de madera para abastecer a la industria local y exportar como materia prima procesada o productos terminados.
Los 16 socios de la Asociación Nacional de Reforestadores calculan que las primeras cosechas aportarán entre 6 y 10 millones de dólares anuales adicionales a las exportaciones de la industria forestal, que en 2013 registraron 18 millones de dólares (entre madera aserrada, en bruto, procesada y productos terminados), manifestó Salvador Mayorga, presidente de la organización.
PRODUCCIÓN ESCALONADA
Javier López, de la empresa AgroForestal, explicó que en este primer año las cosechas serán de raleo, es decir, se cortarán los árboles de poco diámetro que impiden el crecimiento, en grosor y altura, de otras especies que se cosecharán en los próximos años.
El corte de los árboles se planea de forma gradual para garantizar la producción continua durante un periodo de tiempo determinado. Paralelamente se van estableciendo nuevas plantaciones para asegurar la permanencia de las cosechas.
“El objetivo del raleo es disminuir el número de árboles que se encuentran establecidos por unidad de área. Se reducirá en un 30 por ciento la cantidad de árboles en cada uno de los lotes y los que quedan continuarán creciendo para ser cortados en los próximos años”, detalló López.
A diferencia de los bosques naturales donde los árboles alcanzan diámetros y alturas “inimaginables”, en las plantaciones forestales comerciales son de entre 10 y 40 centímetros de grosor y entre 3 y 10 pies de alto.
Las empresas que procesarán este tipo de madera tienen equipos para aprovechar los rollos con estas medidas, aseguró López. Una vez que los rollos entran a la planta procesadora son aserrados y cortados. Posteriormente pasan a los hornos, donde dependiendo de la especie, pasan hasta 22 días para alcanzar una humedad del 8%.
APUESTAN AL SECTOR
Una vez cortados, los trozos de madera son unidos con un pegamento especial para formar paneles. Estos pasan por diferentes máquinas y procesos que garantizan que la unión sea permanente.
Con estos paneles se pueden armar piezas de madera del largo y grosor deseado, explicó Otto Figueroa, gerente de operaciones de la empresa Simplemente Madera, que se abastece con madera cultivada en tres fincas (La Cumplida en Matagalpa, El Edén en Nagarote y Ecoforestal en Rivas).
En las tres fincas hay tres millones de árboles sembrados y el plantel de procesamiento que elabora productos terminados para la exportación.
LOS PIONEROS EN CULTIVO DE MADERA
El grupo Simplemente Madera, que es pionero en el cultivo de madera en Nicaragua, ha invertido entre 15 y 20 millones de dólares en el sector y genera unos 300 empleos directos.
“Sabemos que estamos dando los primeros pasos. Todavía hay mucho camino por recorrer en tema de plantaciones y muchos mercados por abrir”, expone Arnoldo Poncon, director ejecutivo del grupo.
Esta empresa exporta anualmente 2.5 millones de dólares en productos terminados a Estados Unidos e Inglaterra y su meta es que con esta primera cosecha se incrementen considerablemente sus ventas pero no en madera procesada sino en muebles terminados.
Actualmente venden mesas para barbacoa y otras líneas de muebles. También surten el mercado nacional con madera procesada y muebles, mencionó Matthew Falkiner, socio de Simplemente Madera.