14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

La pobreza infantil en Nicaragua

En Nicaragua, los niños están sobre-representados en los hogares pobres. Esto está asociado al hecho de que la tasa de fecundidad —y el número de niños— es mucho mayor en los hogares de menor ingreso.

p>
div class=”na-media na-image-left image-62328″ style=”width: 243px;”>img title=”1301370126_290311 POR Planilla Esta,photo01.jpg” src=”http://du89eogdt5czf.cloudfront.net/wp-content/uploads/sites/55/2011/03/288x318_1301370126_290311 POR Planilla Esta,photo01.jpg” alt=”” width=”243″ height=”318″ />/div>
/p>
p>strong>em>Adolfo Acevedo Vogl (*)/em>/strong>/p>
p> /p>
p> /p>
p>En Nicaragua, los niños están sobre-representados en los hogares pobres. Esto está asociado al hecho de que la tasa de fecundidad —y el número de niños— es mucho mayor en los hogares de menor ingreso./p>
p> /p>
p>Mientras que de acuerdo con la Cepal, con base en la tabulación de las últimas Encuesta de Hogares, en el caso de Nicaragua la pobreza afectaba al 58.3 por ciento de la población como un todo y la indigencia al 29.3 por ciento, en el caso de los niños, el 70.4 por ciento vivía en hogares pobres y el 39.1 por ciento en hogares indigentes./p>
p> /p>
p>Esto significa que los niños se caracterizan por padecer niveles de pobreza e indigencia muy superiores a los que afectan al promedio de la población./p>
p> /p>
p>Al mismo tiempo, de acuerdo con los datos de la Encuesta Continua de Hogares del III Trimestre de 2012, en Nicaragua trabajaba el 31.1 por ciento de los niños de 10 a 18 años, equivalentes a 396,118 niños de un total de 1,273,834 de niños de esos rangos de edad que se estimó que habitaban el país entonces./p>
p> /p>
p>Si se desagrega por zonas, en las zonas rurales trabajaba el 36.9 por ciento de los niños de esos rangos de edad, mientras en las zonas urbanas trabajaba el 26.2 por ciento de los niños entre 10 y 18 años./p>
p> /p>
p>En términos de categorías ocupacionales, el 54.7 por ciento trabajaba como trabajador familiar sin pago, ayudando a sus padres o familiares en las actividades económicas que estos desarrollan para sobrevivir; el 18.7 por ciento trabajaba como jornalero o peón, el 15.7 por ciento como obrero asalariado, el 8.6 por ciento como trabajador por cuenta propia y el 2.3 por ciento como trabajador no familiar sin pago./p>
p> /p>
p>Estas cifras indican que vivimos en una sociedad en donde los niños padecen niveles desproporcionados de pobreza e indigencia —son los más pobres de entre los pobres—, y un tercio de ellos se ve obligado a trabajar para contribuir al sustento de su hogar./p>
p> /p>
p>Cuando se dice que el futuro de un país no puede ser diferente del presente que viven los niños y adolescentes, no se está repitiendo una frase retórica./p>
p> /p>
p>Los niños en situación de pobreza e indigencia lograrán acumular pobres niveles de escolaridad —y acumularán una educación de muy pobre calidad y pobres niveles de “capital social”— carecerán además de adecuadas “conexiones” y con toda probabilidad se verán condenados por el resto de su vida a encontrar principalmente empleos de baja productividad y remuneración./p>
p> /p>
p>Si los niños en condición de pobreza e indigencia al arribar a la edad de trabajar lo hacen con estas características, esto significa que, en las próximas décadas, tendremos a la mayor parte de la fuerza de trabajo poco habilitada para desempeñar empleos de mayor calidad, productividad y remuneración, y de lograr los incrementos sistemáticos en la productividad indispensables para aprovechar a plenitud las décadas que restan del bono demográfico y enfrentar la fase avanzada de envejecimiento en mejores términos./p>
p> /p>
p>Nuestra sociedad no está haciendo, ni de lejos, el esfuerzo requerido para revertir estas tendencias, en términos de la inversión requerida para asegurar que todos los niños tengan acceso a una educación preescolar, primaria y secundaria de calidad, ni en términos de promover la transformación estructural de la economía que sería necesaria para que esta comience a generar, cada vez más, empleos de mayor calidad, productividad y remuneración./p>
p> /p>
p>Tampoco está avanzando en desarrollar el sistema tributario justo y progresivo que se requeriría para poder contar con los recursos necesarios./p>
p> /p>
p>¿Podría usted ayudarme a comprender a qué obedece la limitada disposición de una sociedad con semejantes características, en lo que se refiere a llevar a cabo los esfuerzos necesarios para modificar estas tendencias?/p>
p> /p>
p>(*) Economista/p>
p>a href=”mailto:[email protected]” target=”_blank”>[email protected]/a>/p>
p> /p>
p> /p>
p> /p>
p class=”print-pages”>Ver en la versión impresa las páginas: 3 C/p>

Economía Nicaragua pobreza archivo

Puede interesarte

COMENTARIOS

  1. Hace 10 años

    La respuestas es sencilla, Somos una sociedad egoista que solo pensamos en robar y saquear para nuestro propio beneficio sin importarnos el resto. Un ejemplo sencillo es como el actual gobierno le da millones de cordobas al Sr. Rivas para mantener sus mansiones, avion y lujos mientras que a la educación no quiere aumentarle el presupuesto!!!

  2. Alfredo Alaniz Downing
    Hace 10 años

    Hay dos causas, ambas de orden moral: el egoísmo y la codicia.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí