Academia y belleza se combinan en la obra artística de Leonidas Correa. Un creador que no solo experimenta con la pintura, sino que llega a la fotografía, la escultura y con novedosas formas de expresión plástica.
Desde 1977 cuando inició con sus primeros trazos no ha parado, una vocación natural por el arte que proyectó con fuerza en su primera muestra personal a los 17 años, en una Galería Comercial en San José, Costa Rica.
Seducido por el hiperrealismo, el minimalismo y ahora por el expresionismo abstracto en sus últimos trabajos, Correa es poseedor de ese espíritu que escudriña y que no se conforma, aún cuando su arte figure en importantes galerías internacionales y entre coleccionistas privados de renombre.
Las líneas de sus recientes cuadros tienden hacia el abstraccionismo. Objetos que en su interior representan diseños abstractos pero que están enmarcados por un línea delgada de la figuración.
Sus pinturas no abandonan los contrastes, luminosidad, y fuerza interior, donde los protagonistas siguen siendo los objetos cotidianos, las azucareras, los platos, las rosas, los limones, el paisaje urbano cuyo ambiente se torna especial por sus texturas y luz.
LA GEOMETRÍA
Una obra que suele ser geométrica y que no es abandonada por esa tendencia del pop art, al tiempo que aporta una renovación de la abstracción fundada en la elección de colores elementales y la utilización de modelos poco tradicionales.
De esa gama de colores en sus cuadros se aprecia ese sentido onírico que el artista explora y que encuentra en la naturaleza humana y lo cotidiano como única forma de belleza en el arte.
En sus obras Correa dice estar pintando más en la línea del pintor Max Ernst (considerado fundamental en el movimiento dadá y en el surrealismo) y un ícono para los movimientos pictóricos.
“Te digo, estoy en esa línea de la pintura de Max Ernest. Por ejemplo aquí se dice que se pinta la abstracción pero lo que se hace es algo muy primitivo, siempre hay una representación de una cara, una vaca, algo, pero la abstracción es donde no ves nada, no representa nada no hay semejanza, esos son mis últimos cuadros, que lo voy mezclando con mis anteriores ideas, siempre en busca de la luz interior”, explica.
ULTRAMODERNISTA
También revela que sus cuadros nuevos nacieron de la experimentación y las búsquedas de dar obras frescas. “Estaba pintando un contrabajo de una manera muy contemporánea (era más en la línea abstracta), entonces me vi motivado por esto, y así inicié en estas nuevas obras”, añade.
Si bien, el surrealismo probablemente ha sido una de las corrientes más difíciles de abordar en la pintura, y en las ramas del arte, la muestra que presenta Correa desde sus inicios hasta la actualidad, él la define como; “ultramodernista, con colores nuevos en matices e intensidad que se transforman ante las diferentes tonalidades de la luz como en un camaleón, en un sinfín de matices cromáticos perlados e iridiscentes, dándoles a su vez un matiz surreal, como en un sueño real que al despertar uno se queda con la incertidumbre de que si eso realmente ocurrió”.
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