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Silvio Avilez Gallo

Debemos salvar el patrimonio nacional

Se dice que la historia es maestra de la vida porque de ella aprendemos y transmitimos a las futuras generaciones las diversas etapas de lo que hemos sido, somos y probablemente seremos. La historia no es solo el reflejo del pasado sino que debe constituir también el tesoro que conservamos para ver nuestra evolución, nuestra riqueza cultural, nuestras tradiciones y valorar las características de nuestra identidad como nación. Se trata sobre todo de una cuestión cultural, al igual que como individuos guardamos recuerdos de nuestros antepasados para conservar el hilo conductor de nuestras familias.

 

Nicaragua es un país rico en muchos aspectos. A la par de una exuberante naturaleza de paisajes maravillosos, también exhibe una sorprendente riqueza arqueológica en sus pueblos y ciudades que, como mudos testigos, nos recuerda los orígenes de lo que somos. Pero por la poca cultura de nuestros conciudadanos no hemos sabido apreciar y conservar los hitos de nuestra historia, que es precisamente lo que interesa a los turistas que nos visitan.

 

Casi nada se conserva de nuestro pasado precolombino y lo poco que tenemos —por ejemplo las huellas de Acahualinca— se halla en deplorable estado de abandono. De la época colonial contamos con más exponentes, como las ruinas de León viejo, que guardan los vestigios de valiosos monumentos de la primitiva capital de la provincia de Nicaragua. Gracias a la preocupación de historiadores, intelectuales y docentes, se logró arrancar del olvido algunos monumentos como la primitiva catedral, la tumba de Pedrarias Dávila, conquistador del país, y otros tesoros de nuestro pasado colonial.

 

Pero no sucedió lo mismo con nuestras primeras ciudades, León y Granada, que si bien guardan un estilo propio y algunas reliquias del pasado, la incultura de sus habitantes y el desinterés de las autoridades edilicias fueron la causa de que dichas ciudades perdieran parte de su encanto colonial.

 

Todavía guardo en mi memoria de niño el recuerdo de las calles empedradas de León y la riqueza de sus templos coloniales, como el de San Francisco en la Calle Real, que fue derribado y reconstruido en un estilo indefinido y de pésimo gusto que desentona con su pasado. Eran los tiempos en que los coches tirados por caballos daban sobresaltos en sus calles empedradas (para delicia de los niños capitalinos) y cuando se hablaba de “la paimentada” (pavimentada) era para referirse exclusivamente a la Avenida Debayle que llevaba al Hospital San Vicente. Un “modernismo” mal entendido arrancó a León su característica colonial, el mismo que privó a sus calles de las piedras lajas para remplazarlas por la monotonía sofocante del asfalto “moderno”. Otro tanto puede decirse de la ciudad de Granada, que sin embargo ha conservado mejor sus edificios coloniales, aunque también prescindió del viejo empedrado de sus calles.

 

¡Qué diferencia, por ejemplo, con la ciudad de Antigua Guatemala debido a que los guatemaltecos sí han sabido valorar y conservar el tesoro de su arquitectura! Una visita a la Antigua equivale a revivir un pasado, un pasado nostálgico, una verdadera joya para el turismo nacional e internacional.

 

Más cerca de nuestro tiempo, el terremoto de 1972 que destrozó Managua echó por tierra lo poco que conservaba la capital nicaragüense, como la Casa Presidencial en la Loma de Tiscapa, el palacete de la Alcaldía, el viejo Club Managua, muchas iglesias incluida la Catedral de Santiago y casi todos los edificios característicos de la ciudad. La falta de un plan regulador para reconstruir la capital permitió que la ciudad creciera desordenadamente en todas direcciones privándola de su centro histórico. A estas alturas probablemente sea demasiado tarde para pretender que la capital regrese a su sitio anterior, no obstante, que el gobierno de México proporcionó en su momento cooperación técnica para su reconstrucción con normas antisísmicas.

 

Existe, sin embargo, un vestigio de la antigua Managua que vale la pena rescatar del olvido: la Tribuna Monumental, a los pies de la llamada Explanada de la Loma de Tiscapa, que permanece aún (¿por cuánto tiempo?) en pie como mudo testigo del pasado, abandonada y olvidada de las autoridades municipales y del Instituto Nicaragüense de Turismo. La Tribuna fue escenario de los tradicionales desfiles escolares del 14 de septiembre y de actos históricos como la transmisión del mando al Presidente Leonardo Argüello Barreto el 1 de mayo de 1947, en presencia de delegaciones oficiales extrajeras, el mismo mandatario que 26 días más tarde caería víctima de un golpe de Estado propiciado por el general Anastasio Somoza García, jefe director de la Guardia Nacional.

 

Es, por lo tanto, un monumento cargado de historia y merece mejor suerte que dejarlo que finalmente colapse por completo ante la mirada indolente no solo de los managuas, sino también de los nicaragüenses que aman a su patria. Su restauración interesa a toda la ciudadanía. El autor es diplomático, fue embajador de Nicaragua en Chile.

 

 

 

 

Editorial nacionalismo Patriotismo archivo

COMENTARIOS

  1. nicasio
    Hace 10 años

    Primero salvemos la Constitucion.

  2. Adolfo
    Hace 10 años

    Qué gran llamado al amor patrio nos hace el Dr. Avilez en su veraz y conmovedor artículo. Es una lástima, como bien dice,que sólo algunos intelectuales y docentes se han preocupado por revivir estos valiosos vestigios de nuestra historia. El malinchismo de la dictadura anterior y del actual régimen, se ha distinguido por complacer las ambiciones foráneas de imponernos culturas extrañas mientras ignora y descuida la riqueza de nuestras raíces. Nuestra patria es digna de mejor suerte.

  3. Hector Octavio Arguello Molina
    Hace 10 años

    Amigo Avilés, lei su importante opinión sobre debemos salvar el patrimonio nacional. le felicito. el suscrito presentara su libro Huellas Chorotegas. Patrimonio Cultural Material. el 04 abril. donde doy a conocer parte del abundante patrimonio del Departamento de Carazo. si usted me contacta a mi sitio en facebook, o conozco su email le puede remitir mas información sobre tantas ideas que compartimos.

  4. Hector Octavio Arguello Molina
    Hace 10 años

    “La historia no es solo el reflejo del pasado…” Amigo Aviles, he escrito una obra “Huellas Chorotegas” que sera presentada el 04 abril. El prefacio, en una de sus lineas dice, “importancia de fortalecer nuestra identidad social y cultural a través de conocer la historia… amigo si usted en facebook, escribe hector octavio arguello encontrara información mía, si logro conocer su email le podre dar mas referentes sobre la obra mencionada, del Patrimonio cultural material de Carazo

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