Decenas de miles de españoles rindieron homenaje desde el lunes al primer presidente del Gobierno de la actual democracia, Adolfo Suárez, fallecido el domingo, en la capilla ardiente instalada en el Congreso de los Diputados antes de ser enterrado este martes en Ávila.
Alrededor de 30,000 personas, según el presidente del Congreso, Jesús Posada, se acercaron a despedir del féretro, cubierto con la bandera rojigualda de España, instalada el lunes al mediodía en la sala más solemne del edificio, repleta de coronas de flores.
Hasta el último momento antes de cerrar la capilla de ardiente, este martes a las 09H00 GMT, cientos de personas aún esperaban en la fila para poder dar su último adiós a Suárez.
El féretro tuvo entonces que recibir los honores fúnebres y ser cargado en un carro de caballería para remontar el céntrico Paseo del Prado hasta la Plaza de Cibeles, seguido por la familia y las autoridades.
El lunes, a pesar del frío, ya se había formado una larguísima fila alrededor del Congreso y las calles adyacentes que alargaba la espera durante varias horas.
Tras el homenaje de los madrileños, Suárez será enterrado este martes en la Catedral de Ávila, muy cerca del pueblo de Cebreros, donde nació el 25 de septiembre de 1932.
Primer jefe de Gobierno de la actual democracia española, entre 1976 y 1981, Suárez lideró junto al rey Juan Carlos el delicado proceso de Transición democrática que vivió España tras la muerte de Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975, poniendo fin a casi cuatro décadas de dictadura.
Aquejado de alzheimer desde hace 10 años, Suárez pasó los últimos años de su vida apartado del mundo. El domingo, murió a los 81 años en una clínica de Madrid.