De los 2.5 millones de dólares que invierten en esa área, 500 mil van destinados a la cadena de Centros de Desarrollo Infantil Arcoiris del Futuro y los centros educativos que promueven en beneficio de los habitantes de comunidades de Chinandega, aunque no sean hijos de sus trabajadores, detalla Ana Lovo, gerente de Fundación Pantaleón.
En las escuelas de secundaria promueven la educación técnica en las ramas industrial y agrícola, de acuerdo con las necesidades de la empresa que absorbe esta mano de obra, explicó Ileana Martínez, directora del Centro Educacional Pantaleón.
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También con el uso de semilla adecuadas y mejores prácticas han elevado el rendimiento a 140 toneladas de caña por hectárea, dice Alí Espinoza, jefe de plantación de Monte Rosa.
Actualmente el ingenio absorbe también la cosecha de 300 productores individuales.
Del total del área cultivada, el 70% se corta de forma mecanizada, el restante 30% lo cortan 600 obreros, que son parte de los 5 mil 315 colaboradores que tiene en total.
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Lucydalia Baca Castellón
Pese a que el costo de producción —19 dólares por quintal— ha superado los 17 dólares que en promedio paga el mercado internacional por el quintal de azúcar cruda, que es la principal forma de exportación, la industria local ha encontrado en la eficiencia y la diversificación de la oferta la fórmula para compensar estas pérdidas.
El bagazo que hasta hace unos años era un sobrante difícil de desechar, se ha convertido en la materia prima para la generación eléctrica en los cuatro ingenios del país: San Antonio, Monte Rosa, Montelimar y Benjamín Zeledón, aunque solo los dos más grandes, San Antonio y Monte Rosa venden parte de esa producción al sistema nacional desde 2004 (los otros dos usan esa energía en sus procesos).
Aunque el aprovechamiento máximo de la caña que procesan también les ha permitido a los ingenios anexar a su oferta otros productos como melaza, alcohol, etanol y ron, Monte Rosa ha centrado sus esfuerzos en la generación eléctrica.
APORTE ES DE ENTRE 60 Y 63 MEGAVATIOS
Actualmente el aporte del sector al sistema nacional es de entre 60 y 63 megavatios de los cuales 28 son aportados por San Antonio y 32 por Monte Rosa. Pero la meta de esta empresa perteneciente al Grupo Pantaleón, de Guatemala, es incrementar este aporte hasta 55 megas. Es decir, cerca del 10% de la demanda nacional que es de unos 600 megavatios hora.
“Eso requerirá una inversión adicional de unos cien millones de dólares para instalar una nueva caldera que nos permitirá crecer de 6.3 millones a 7.3 de quintales de azúcar por zafra. Pero lo más importante no es el azúcar, sino generar más energía. Queremos pasar a entregar 55 megavatios hora de energía renovable limpia y con la posibilidad de generar todo el año, no solo durante la zafra”, detalla Bernardo Chamorro, gerente general de Monte Rosa.
TRAS NUEVA META
Esta inversión se sumaría a los doscientos millones de dólares que desde su llegada a Nicaragua en 1998 ha realizado el grupo, que tiene ingenios en Guatemala, Honduras, Brasil y México.
Según Chamorro, aunque la nueva inversión aún no está aprobada, la empresa ha comenzado a avanzar hacia la nueva meta de generación. La mecanización del corte de la caña y la eficiencia en el consumo del bagazo, le permiten al ingenio acumular más residuos para que al concluir la zafra en mayo de cada año el ingenio cuente con 120 mil toneladas de bagazo procesado (biomasa) que permitan mantener la generación por tres meses más.
Pero para garantizar la generación constante durante todo el año tienen previsto iniciar la siembra de unas 1,500 hectáreas de eucalipto que tardarán cinco años en crecer.
Esta madera se mezclará con el bagazo para garantizar que no se interrumpa la generación durante todo el año, explica Chamorro.
BUSCAN ALTERNATIVAS
Actualmente la venta de energía representa cerca del 15% de los ingresos que percibe el ingenio, y según Chamorro, adicionalmente para compensar el déficit que genera la diferencia entre el costo de producción y el de venta, en lugar de seguir exportando azúcar cruda, han comenzado la búsqueda de mercado para azúcar refinada. Además, el crecimiento también ayuda porque con cada quintal adicional que se produce se diluyen los costos.
“Hemos establecido varias estrategias para no estar al vaivén del mercado mundial. Lo primero es que producimos muy poco crudo, la mayoría es blanca sulfitada de muy bajo color lo que nos permite venderla con un precio de hasta cuatro dólares por quintal. Así la exportamos a nichos de mercado que hemos desarrollado en el Caribe y África”, detalla Chamorro.
También logran sobreprecios en mercados como el de Estados Unidos, Chile y Taiwán, por las condiciones que establecen los Tratados de Libre Comercio que se tienen con esos países.
Además, el pilar comercial del Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea le permitirá a Nicaragua enviar a partir de 2014 a ese mercado 21 mil 681 toneladas, más 581 toneladas de crecimiento anual a dicha cuota.
Según Chamorro, aunque en 2014 vendieron la parte de la cuota que les corresponde como azúcar cruda, a unos 21 dólares por quintal, han comenzado a buscar mercado para el producto refinado.
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