Japón asumió ayer la primera subida del impuesto sobre el consumo en 17 años, toda una prueba de fuego para el llamado “Abenomics”, el programa de reformas del primer ministro con el que la tercera economía del mundo pretende salir de casi dos décadas de deflación.
Analistas e inversores están muy pendientes del frenazo que experimentará el consumo en Japón —que supone el 60 por ciento de su Producto Interno Bruto— en las próximas semanas debido al incremento del gravamen, que pasó ayer del cinco al ocho por ciento.
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