CIUDAD DEL VATICANO/AFP
El papa Francisco inició ayer los ritos de Semana Santa con la misa del Domingo de Ramos, en la que pidió a los católicos preguntarse si son como aquellos que traicionaron a Jesucristo o como los “valientes” que le fueron fieles hasta el final.
El papa presidió la procesión de Ramos, apoyado en un bastón esculpido por los presos de la cárcel de San Remo, y rodeado de un centenar de jóvenes sacerdotes y obispos. A las 8:30 (GMT), vestido con la tradicional casulla litúrgica roja, no leyó el texto repartido, en el que se refería a la entrada de Jesús en Jerusalén, que se celebra en la misa de Ramos. Prefirió recalcar que este domingo también está relacionado con la Pasión de Cristo.
“¿Quién soy yo, delante de Jesús que sufre? Hemos oído muchos nombres: tantos nombres. El grupo de líderes religiosos, algunos sacerdotes, algunos fariseos, algunos maestros de la ley que había decidido matarlo. Estaban esperando la oportunidad de apresarlo ¿Soy yo como uno de ellos?”, preguntó el papa al iniciar su discurso.
“Incluso hemos oído otro nombre: Judas. 30 monedas. ¿Yo soy como Judas? Hemos escuchado otros nombres: los discípulos que no entendían nada, que se quedaron dormidos mientras el Señor sufría. ¿Mi vida está dormida?”
“¿Soy yo un traidor? ¿Soy como aquellos líderes religiosos que tienen prisa en organizar un tribunal y buscan falsos testigos? ¿Soy yo como ellos?”, preguntó, citando a Poncio Pilato, quien, “ante una situación difícil, se lava las manos, no asume sus responsabilidades”, y a los soldados, quienes “golpean al Señor, le escupen, lo insultan y se divierten humillándolo”.
El papa citó ejemplos que considera positivos en el Evangelio, como el personaje de Simón de Cirene, “que volvía cansado del trabajo, pero tuvo la buena voluntad de ayudar al Señor a llevar la cruz”.
Papa Francisco, en la Plaza San Pedro, en homilía improvisada.
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