Elízabeth Romero
Apropósito de la ocurrencia sísmica en los últimos días que agobia a los nicaragüenses, estudios realizados por científicos extranjeros después del terremoto de 1972 determinaron la existencia del peligro sísmico y volcánico en Managua. Resúmenes de algunos de estos trabajos se encuentran en el Anexo 1 del informe final del Estudio de Microzonificación Sísmica de Managua, que aparece en la página web del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter).
“Managua se encuentra bajo una situación de extrema amenaza sísmica y volcánica porque está ubicada directamente en el eje de la cadena volcánica de Nicaragua y en un punto de desplazamiento Norte-Sur de la misma”, destaca entre las conclusiones el estudio.
Además indica que “la amenaza sísmica no se concentra solamente en el centro histórico de Managua, sino, se extiende hacia toda el área de la ciudad y sus alrededores”.
Y menciona que al utilizar métodos de Paleo-Sismología se concluyó que existen pruebas de la ocurrencia de grandes terremotos en la zona de la falla Aeropuerto, la cual estuvo activa hace más de 170 años. “Simulaciones numéricas indicaron que las fallas importantes al margen de Managua, como la Falla Aeropuerto o la Falla Cofradía, tienen el potencial para generar terremotos muy fuertes, que causarían destrucción en grandes partes de Managua y las ciudades cercanas, en las cuales se incluye Masaya, dice el estudio de Ineter.
Anoche de forma sorpresiva el Ineter informó que a las 4:38 p.m., a dos kilómetros de la Plaza de la Fe y a 9 kilómetros de profundidad al sur del Lago de Managua, se registró un sismo de una magnitud de 2.2 en la escala de Richter.
La primera dama Rosario Murillo manifestó a través de su intervención telefónica en medios oficialistas que “puede querernos decir que se han activado las fallas que van debajo de la ciudad de Managua, sobre todo la que se conoce como la falla del Estadio”, expresó Murillo quien hizo un llamado a los capitalinos a tomar medidas de precaución.
El especialista Wilfried Strauch aseguró que no ha habido silencio sísmico absoluto en las fallas que atraviesan Managua.
El ingeniero Clemente Balmaceda, quien por muchos años trabajó como director de normas de construcción en el Ministerio del Transporte e Infraestructura ( MTI) y como director de la Cruz Roja Nicaragüense, recordó que Managua está cruzada por un sinnúmero de fallas activas.
Menciona entre otros problemas la invasión de aceras, de derechos de vía, cauces. Usan bloques artesanales con menor resistencia que lo normal debería ser de 3,500 libras. Igual utilizan varillas milimetradas con menor diámetro al utilizar de 7.5 milímetros cuando debería ser de 9 milímetros. A esto le agregó la mano de obra que no siempre es de buena calidad.
Y en el sector de Nagarote donde se han registrado los últimos sismos utilizan columnas de madera con clavo revestidos de mezcla, pero eso no hace ninguna unión y al pegar bloque se suelta la pared y es por eso que colapsan. O el adobe y taquezal que no resisten los sismos.
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Y consideró que está latente la activación de dos de las múltiples fallas que cruzan Managua, causantes de los dos terremotos que la han destruido en un período de 41 años. Estas son la del Estadio Nacional de béisbol que se activó en 1931 y provocó un terremoto el 31 de marzo de ese año y la de Tiscapa que se activó en diciembre de 1972.
Lo peor, dice Balmaceda, es que cerca de la falla de Tiscapa está la de Chico Pelón, las que consideró “sumamente peligrosas”, pues ambas atraviesan el Mercado Oriental, que por lo populoso lo calificó de “un polvorín” a la hora de ocurrencia sísmica.
Estimó que al momento de un evento sísmico de gran magnitud podrían caer las líneas de tendido eléctrico que a su vez pueden producir incendios. Y de ocurrir esto en el día por la alta concentración poblacional “no hay rutas de evacuación, la gente ha invadido las calles con los comercios”, expresó Balmaceda.
Y hay más, está la falla del Aeropuerto, que es grande y atraviesa el aeropuerto internacional; está también la de San Judas que cruza ese barrio, así como las llamadas de Las Escuelas que en 1972 destruyó donde está actualmente Metrocentro y provocó la destrucción de los colegios Americano, el Teresiano e Inmaculada que es donde ahora es la UNI y parcialmente la Universidad Centroamericana (UCA) .
“Y hay otra gran cantidad de fallas que los managuas tenemos que convivir con ellas”, dice Balmaceda.
Fuera de Managua hay otras que consideró como “sumamente peligrosas”, la de Mateare que estimó puede llegar a producir según los estudios, sismos de una magnitud de 7 en la escala de Richter mientras que las de Managua “en teoría” pueden producir terremotos de una magnitud de 6.5 en la escala Richter. Balmaceda considera que la de Mateare, que pasa en el municipio, si se activa, el desastre que causaría es altísimo para vecinos de Los Brasiles, Ciudad Sandino y Managua.
COINCIDE EN PELIGRO
Una exposición del arquitecto nicaragüense radicado en Miami, José Francisco Terán Callejas, coincide en este punto con lo expuesto por Balmaceda.
Terán, director de National Institute of Building Sciences, Washington, DC y máster en Arquitectura, compartió con LA PRENSA una exposición que realizó hace unos 18 meses en Miami. En un mensaje escrito dirigido a LA PRENSA a través de correo electrónico, Terán considera que el peligro más grande es que se active la falla Mateare-Las Nubes, que comienza en Managua, cruza León y Chinandega, se mete debajo del Golfo de Fonseca y termina en El Salvador.
“Se estima que esta falla puede llegar a causar un terremoto de magnitud 8”, expresa a través de correo electrónico el arquitecto Terán, quien apunta que esta advertencia hay que contemplarla pero sin llegar al pánico.
Recuerda en la exposición que en el caso de Managua, además de ser una zona altamente sísmica, los epicentros están concentrados directamente debajo de la ciudad capital.
“Los epicentros se originan en las numerosas fallas geológicas secundarias que cruzan Managua. Los epicentros ocurren a unos tres kilómetros de profundidad. Con una magnitud de 6.2 Richter. La energía liberada (explosión) equivale a dos millones y medio de toneladas de TNT, o sea unas ochenta bombas atómicas como las detonadas en Nagasaki en 1945”, señala el experto en su exposición.
42 años de silencio sísmico en Managua han vuelto a ser causa de preocupación para los capitalinos, tras los eventos registrados en la última semana en el occidente y el sur del país. Sobre todo porque aún no hay una explicación oficial sobre los últimos sismos.
Menciona entre otros problemas la invasión de aceras, de derechos de vía, cauces. Usan bloques artesanales con menor resistencia que lo normal debería ser de 3,500 libras. Igual utilizan varillas milimetradas con menor diámetro al utilizar de 7.5 milímetros cuando debería ser de 9 milímetros. A esto le agregó la mano de obra que no siempre es de buena calidad. Y en el sector de Nagarote donde se han registrado los últimos sismos utilizan columnas de madera con clavo revestidos de mezcla, pero eso no hace ninguna unión y al pegar bloque se suelta la pared y es por eso que colapsan. O el adobe y taquezal que no resisten los sismos.
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