CIUDAD DEL VATICANO/AFP
Juan Pablo II “no conocía los resultados de la investigación sobre los casos de abusos sexuales” porque falleció antes de que ese trabajo hubiera terminado, dijo hoy el portavoz del papa polaco Joaquín Navarro Valls.
En una conferencia de prensa en el Vaticano, como parte de las actividades organizadas para la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII el domingo, Navarro Valls respondió así a una pregunta sobre los abusos sexuales, en particular del mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo.
En el mundo algunos acusan al papado de Juan Pablo II de haber encubierto esos casos.
Según Navarro Valls, médico psiquiatra, periodista y miembro de la organización conservadora Opus Dei, al principio el problema de la pederastia “no lo entendió él ni nadie (…)A la pureza de su pensamiento le resultaba imposible comprender esa situación”.
Y agregó que el papa llamó a los obispos estadounidenses a abordar el asunto porque de allí vinieron las primeras denuncias.
“El proceso canónico contra el padre Maciel -recordó- empezó con Juan Pablo II y terminó un año después de la toma de posesión de Benedicto XVI”.
Sobre el papa polaco contó además que tenía una gran capacidad de trabajo, rezaba mucho y sonreía siempre.
“No puedo resumir todos los aspectos de santidad que vi en Juan Pablo II pero creo principalmente que lo caracterizaban tres cosas: rezar, trabajar y sonreír. En él la plegaria era la necesidad más profunda. Como para mi era respirar, para él era rezar”, contó.
“Tenía una capacidad de trabajo increíble. Nunca tenía apuro pero no perdía ni un minuto”, añadió.
Y citó una anécdota de una vez cuando el papa estaba de vacaciones en la montaña y él, para convencerlo de quedarse más tiempo, le dijo que los trabajadores italianos tenían por ley el derecho a un mes de vacaciones al año pagadas. “Que lástima -respondió el papa- porque yo soy ciudadano Vaticano”, contó Navarro.
No le faltaba nunca el buen humor, incluso cuando ya estaba enfermo. Otra vez, contó el ex portavoz, cuando alguien lo visitó en su Biblioteca le dijo que lo encontraba muy bien, a lo que Juan Pablo II, que ya estaba enfermo, respondió: “Usted cree que no me veo en televisión como realmente estoy”.