GERALDINA GONZÁLEZ C.
Los accidentes o las situaciones de desastres son acontecimientos sobre los que no tenemos control. Sin embargo, la reacción que tengamos en esos momentos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Asistir a una víctima de accidente, enfermedad o cualquier eventualidad de emergencia antes que llegue la atención médica puede contribuir al control o a la estabilidad de la persona.
De acuerdo con lo establecido en el manual de primeros auxilios básicos de la Cruz Roja Nicaragüense (CRN), los primeros auxilios “son acciones de emergencias para reducir los efectos de las lesiones y estabilizar el estado del accidentado y/o enfermo”.
Francisco Aguilar, socorrista voluntario y miembro de capacitación de la CRN, señala que los primeros auxilios se brindan a las posibles víctimas de una situación de desastre, una emergencia médica o de un accidente de tránsito.
Aguilar explica que dentro de las maniobras básicas para atender a las víctimas se encuentran:
Movilizar a la persona y realizar la maniobra VOS (ver, oír y sentir la respiración). De esta forma se verifica si la persona está consciente y si tiene respiración y pulso normales.
Evaluar lesiones o fracturas: consiste en revisar a la persona de pies a cabeza para determinar si tiene alguna fractura o sangrado. La revisión se realiza ejerciendo una leve presión con las manos a lo largo del cuerpo, tanto en la parte frontal como en la dorsal.
En caso que la persona no presente heridas y solo esté desmayada, se pone en una posición antishock y se le toma la presión constantemente hasta que logre su recuperación.
Posición antishock o de recuperación: si la persona está respirando, pero está inconsciente se recomienda elevarle los pies a 45 grados de altura en relación con la cabeza, esto permite estimular la oxigenación. “Recordemos que en el torrente sanguíneo transportamos oxígeno además de nutrientes, y por lo general los desmayos se dan por falta o insuficiencia respiratoria y poca oxigenación en el cerebro”, sostiene Aguilar. En caso que la persona presente alguna lesión no se debe colocar en esta posición.
Una vez que la persona recupere el conocimiento no es recomendable proporcionarle líquidos, pues según Francisco Aguilar, la condición de salud del paciente puede variar en cualquier momento, y en caso de recaer los líquidos podrían causarle asfixia.
Tratar las heridas. El sangrado se puede controlar ejerciendo presión directa sobre la herida anteponiendo un trapo limpio, ya sea un apósito, una gasa o cualquier tela que nos pueda servir para estancar sangre.
Asimismo, presionando puntos estratégicos como las arterias para controlar el sangrado. Y finalmente, si el sangrado no disminuye se puede recurrir a la elevación del miembro, esto en caso que la lesión se encuentre en las extremidades superiores o inferiores.
Para limpiar las heridas, Aguilar recomienda utilizar agua a temperatura ambiente y un jabón neutro.
Maniobra de Heimlich: si la persona cae en un cuadro de asfixia nos situamos detrás de la víctima y colocamos la mano empuñada en la boca del estómago y hacemos una pequeña compresión hacia adentro y hacia arriba, esto va a provocar que el aire que esté en los pulmones sea expulsado de manera violenta, lo cual hará que el objeto que esté atorado en la garganta salga.
Maniobras RCP (reanimación cardiopulmonar): consiste en dos respiraciones boca a boca y treinta compresiones en el pecho.
“Hacer presión sobre el corazón induce a que recupere su ritmo normal, subsidiando la circulación para que siga activa. Con los dos soplos suministramos un poco de oxígeno que nos puede garantizar que la víctima llegue viva a algún centro médico”, enfatiza Aguilar.
Atender lesiones musculares: “Cuando nos doblamos el tobillo, por ejemplo, lo que se da es una ruptura de los ligamentos que mantienen sujeta la articulación del tobillo, causando inflamación y dolor. En estos casos podemos utilizar compresas frías o calientes. Las primeras nos ayudan a disminuir la inflamación y las segundas a controlar el dolor”, explica el socorrista voluntario.
Además de conocer las técnicas de primeros auxilios básicos, recuerda que es fundamental contar con un botiquín en casa, en la oficina y personal para atender las situaciones de emergencia.
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