Cuando Román “Chocolatito” González sube al ring es con un cerebro como el de Stephen Hawking, el hombre más inteligente del mundo. Terminada la pelea, se lo quita y continúa siendo Román. Él decidió separarse de sus apoderados (Silvio Conrado y Carlos Pilato) porque no le satisfacían las bolsas ganadas, y ahora, podrían trabajar una vez que finalice el contrato el próximo 26 de junio, ya no como antes, sino como representante de Nicaragua para Teiken, según indicó Conrado.
Conrado siempre es tímido al hablar. Su semblante siempre que se toca un tema del mejor boxeador en las categorías pequeñas, se torna divagante entre el aprecio, trabajo y discusiones. “Desde hace meses ya había tomado la decisión de no seguir con Román, y él al parecer habló directamente con Honda para trabajar. Al promotor no le gusta meterse en todas las cosas y así que me pidió que le organizara las peleas acá, y me encargara de asuntos de visas, además de otros papeleos, pero ya nada tendría que ver con Román, a quien lo apreciamos mucho”, indicó Conrado.
Silvio Conrado, apoderado del púgil, mencionó que la única forma en que vuelvan a trabajar juntos es que Román le pida disculpas y se haga un arreglo bajo otras condiciones.
[/doap_box]
Entre Román y Prodesa hasta el momento solo hay recuerdos.
Ver en la versión impresa las páginas: 9 B