Arnulfo Agüero
El cómic y cómo este influye en sus vidas, sus apreciaciones sobre la novela gráfica como género narrativo competitivo en los últimos 15 años, fueron algunos de los temas abordados por autores centroamericanos.
“Tengo el temperamento de la pequeña Lulú que comencé a leer cuando tenía 4 años”, dijo la escritora española Ana Merino. En su casa se leía mucho cómic, lo que fue “vital para su formación y su humor alegre”, añade.
Por su parte el nicaragüense Alberto Sánchez Argüello recordó que tuvo la fortuna de estudiar en un colegio francés donde habían numerosas colecciones de cómic y pasar días enteros dedicados a sus lecturas.
Otro de los participantes, el joven poeta Ezequiel D’León Masís, refirió sus experiencias creativas confrontadas entre el cuento corto, teatro y el cómic. Así valoró como interesantes su experiencia de estas lecturas animadas, por lo que ahora explora este tipo de narrativa.
Las historias gráficas
En tanto el español Manuel Vilas se declaró un lector voraz de este tipo de género literario, que le ha dejado huellas profundas en su narrativa. Dijo que los cómic, han evolucionado, “antes eran más explicativos, ahora más precisos, cortos con economía narrativa y tramas inesperadas”.
Para Merino, este estilo de narración ha sido llamado de diversas formas, según los países, “historietas, muñequitos o ´quadrinhos´ en Brasil, y en lengua inglesa, cómic”; pero lo importante, agregó, es que ahora ha trascendido a la novela gráfica, y que esta es “una invención editorial” que busca lectores.
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