Los personajes de ficción que pasan de generación en generación evolucionan, y mucho: Sherlock Holmes, James Bond o Batman, el hombre murciélago de Bob Kane y Bill Finger, que ahora cumple 75 años, muy acomodado en su faceta más oscura, gracias a la última trilogía fílmica, ya olvidado su psicodélico pasado pop.
La tarea, que a finales de los años treinta hizo DC Comics a Kane —quien durante décadas minimizó las aportaciones estilísticas de Finger—, era encontrar un personaje capaz de competir en popularidad con Superman, el súper héroe del planeta Krypton, “nacido” tan solo unos meses antes en las páginas de Action Comics, y convertido en el objetivo a batir por el resto de editoriales.
INSPIRADOR
Batman estaba claramente inspirado en personajes como El Zorro o la Pimpinela Escarlata, simples mortales a primera vista, pero dotados de una agilidad, fortaleza e inteligencia muy convenientes si se quiere luchar contra el crimen, explica a Efe el crítico Antoni Guiral, comisario de la exposición que el Salón del Cómic de Barcelona, que se inaugura esta semana, dedicará al hombre murciélago.
En 1940, Batman tenía ya una colección con su nombre, y en 1943 —en plena Segunda Guerra Mundial— una tira diaria en la prensa junto a su joven “aprendiz” Robin.
Pero el Batman sombrío, maduro y lleno de aristas, que los fans actuales asocian a la novela gráfica The Dark Knight del genial historietista Frank Miller (1986), y, sobre todo, a la reciente trilogía cinematográfica de Cristopher Nolan —a la que pone rostro Christian Bale— había tenido un colorista pasado del que algunos de sus más integristas seguidores se desentienden.
Ver en la versión impresa las páginas: 1 B