Alejandro Ayon
Quiero aprovechar esta fecha en que se celebra el Día Internacional de la Enfermera para hacer un homenaje a mujeres y hombres que escogieron esta profesión, un verdadero apostolado para velar por el prójimo, dándole tranquilidad, consuelo y cuido en los momentos difíciles cuando se cursa con una enfermedad.
El 12 de mayo de cada año se celebra mundialmente este día en honor al nacimiento de la enfermera Florence Nightgale (1820-1910), nacida en Florencia, Italia y formada en Inglaterra, quien se considera como la impulsora del concepto moderno de la profesión de enfermería. A ella se debe el sistema de hospitales de Inglaterra. En 1884 durante la guerra de Crimea, organizó el servicio de enfermería lo que permitió mejorar la atención de los heridos en batalla, esto en condiciones muy difíciles. El rey Eduardo VII le otorgó la Orden del Mérito (primera mujer que lo recibía). Murió el 14 de agosto de 1914, hoy, cien años después, su legado lo vemos a diario en el trabajo arduo de nuestras enfermeras.
En Nicaragua al igual que en todas partes del mundo esta carrera es muy sacrificada, lamentablemente en nuestro país se ha estigmatizado como una carrera no solo sacrificada por la entrega, sino también de un sacrificio económico, esto debido a la baja escala salarial en la que los hemos colocado y me incluyo porque he sido de los que ha visto dicha situación y lo ha tolerado. Su salario base en general no supera los cuatrocientos dólares al mes, agregando que después de entregar 30 o más años de su vida se retiran con una escuálida pensión.
Otro factor no menos importante es que esta carrera solo se imparte en universidades públicas, ya que se tiene conceptualizada como carrera para gente de escasos recursos, y sin lugar a duda y con el debido respeto, la formación es muy débil y no actualizada, lo que limita al estudiante, dejándolo en una posición de desventaja ante los otros profesionales. La duración para obtener la licenciatura es prácticamente igual que la duración de la carrera de medicina. Las universidades privadas deben de considerar este reto y ofrecer esta carrera para subir la calidad a nivel nacional, como lo han hecho en otras carreras.
Como no reconocer sus vidas, llenas de sacrificio, tantas enfermeras que han dejado una huella en sus pacientes y han dejado huellas en uno como médico, tantos nombres que me pasan por la cabeza, la licenciada Rosales, la licenciada Gámez, la licenciada Cano, Justina quien al fallecer con menos de 45 años, dejó dos niños y hubo que recoger dinero para ayudarle hasta en su entierro, don Hilario, Anne Down, la Martita, Mercedita, la señora Corea y otras cientos que siguen ahí en Siuna, Jinotega, Estelí, Río San Juan y cada rincón de nuestra amada Nicaragua, haciendo lo que les dice su corazón y lo que les fue enseñando… darlo todo por los demás.
Hoy es un día que celebrar, celebrar la vida de estos seres humanos ejemplares, feliz día enfermeras y enfermeros de toda esta patria azul y blanco.
El autor es Cirujano Pediatra @DrAayon
