Lucía Navas y Elízabeth Romero
Empresarios y banqueros recomendaron prudencia al Banco Central de Nicaragua (BCN) sobre los mecanismos que estudia para “desdolarizar” la economía del país, al considerar que no existe actualmente la robustez macroeconómica suficiente para concretarla. Lo que dio tranquilidad al sector privado es la afirmación del BCN de que se descarta el control de la compra y venta de dólares.
Asimismo, se descarta forzar un mayor uso de la moneda nacional, como es el córdoba, en las transacciones financieras y comerciales.
Aunque el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, afirmó que “no hay ningún cambio en la política cambiaria del país”, descartando así que vaya a variar la tasa de deslizamiento del cinco por ciento anual del córdoba frente al dólar.
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Ovidio Reyes, presidente del BCN, aceptó en un encuentro ayer con la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham), que la política monetaria actual donde el dólar y el córdoba subsisten “ha funcionado perfectamente” y que sería una “irresponsabilidad” obligar que las remesas o los depósitos bancarios en dólares sean pagados en córdobas.
“Tampoco estamos pensando en poner controles sobre la compra y venta de dólares, para nada. Si aquí un pilar fundamental para la atracción de inversiones es el sistema de libre convertibilidad de la moneda y del dólar que rige oficialmente desde 1995, y por medio del cual el Banco Central le vende dólares a todas las instituciones financieras en el monto que lo desean, y le compra también en los montos que llegan a ofertarnos”, dijo Reyes.
Con la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que está en Managua, el Gobierno estudia opciones para que haya un mayor uso del córdoba en las transacciones que hace la población. Esto responde a la alta “dolarización” de la economía, lo que es evidente en las exportaciones e importaciones, así como el setenta por ciento de los depósitos bancarios y el noventa por ciento de los préstamos son en dólares.
Entre las experiencias de estudio están las de Bolivia, Paraguay y Perú donde elevando el encaje legal de los bancos para respaldar los depósitos en dólares y bajando la tasa de encaje legal por los depósitos en moneda nacional, se promovió el uso de sus propias monedas, mencionó Reyes.
Alfredo Antonio Artiles, presidente de Amcham, y Carlos Briceño, gerente general del Banco Lafise Bancentro, comparten que el BCN debe profundizar los estudios para decidir si vale la pena reformar la política monetaria.
El BCN y el FMI evalúan también las ventajas y riesgos de la “dolarización extrema” de la economía, es decir que el dólar remplace totalmente a la moneda oficial de Nicaragua, como sucedió en países como Panamá, Ecuador o El Salvador. Pero los empresarios rechazan desde ya esta medida y defienden que lo conveniente es fortalecer la política de deslizamiento monetario, que es del cinco por ciento anual.
Lo prudente —para el expresidente del BCN, José Evenor Taboada y el exministro de Hacienda, Eduardo Montealegre— es que la única intervención del BCN siga siendo establecer la tasa de deslizamiento diario del córdoba frente al dólar, porque eso da “previsibilidad y tranquilidad”; respetar la libre convertibilidad de la moneda y esperar que la economía tenga crecimientos mejores al cinco por ciento anual.
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