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La importancia de los simulacros

Durante el ataque al World Trade Center en 2001, “Rick” Rescorla, un oficial retirado del Ejército de Estados Unidos, desoyó las instrucciones que fueron dadas por la administración de las torres, que pedían que todo el personal se mantuviera tranquilo en sus oficinas, esperando cómodamente una evacuación, ya que la situación “estaba controlada”.

Carlos R. Flores (*)

Durante el ataque al World Trade Center en 2001, “Rick” Rescorla, un oficial retirado del Ejército de Estados Unidos, a cargo de la seguridad física de la empresa Morgan Stanley en el piso 44 del complejo, desoyó las instrucciones que fueron dadas por la administración de las torres, que pedían que todo el personal se mantuviera tranquilo en sus oficinas, esperando cómodamente una evacuación, ya que la situación “estaba controlada”.

Él, en cambio, tomó el megáfono y guió la evacuación de las oficinas corporativas salvando la vida de un número masivo de personas, debido a que en esa organización se había ensayado en forma disciplinada los procedimientos de evacuación ante varios escenarios de emergencias. Su heroísmo, dedicación y servicio al prójimo alcanzó el máximo nivel al haber ofrendado él mismo su vida, salvaguardando la de los demás, en esa terrible fecha del 11 de septiembre.

Rick, un especialista en prevención, había anticipado desde 1985 —en conjunto con otros expertos en Seguridad— un posible ataque terrorista al WTC, el cual se materializó por vez primera el 26 de febrero de 1993, cuando el sótano del edificio fue atacado con explosivos dejados en un vehículo aparcado.

Este especialista, durante su gestión al cargo de la seguridad en Morgan Stanley, había sido criticado por ser “exagerado” en sus planteamientos, al establecer con rigor un régimen de simulacros que era más del doble de lo que el mismo complejo del WTC indicaba como recomendado. Hoy, a la luz de la historia, su dedicación profesional y disciplina, probaron que en este tipo de situaciones, independientemente de su índole, la preparación escrupulosa y ensayada no tiene sustitutos.

En este momento en que algunas empresas piensan que ya la emergencia sísmica ya pasó, es importante aprovechar la oportunidad para desarrollar los planes integrales de respuesta ante la emergencia, no solamente desde el punto de vista conceptual, de un banal ejercicio teórico, sino de articular lógicamente, de hacer una determinación física de recursos requeridos y la idoneidad del personal disponible, de verificar la seguridad de las rutas de emergencia y los puntos de reunión; verificar que en la ejecución de dicho plan no se creen más peligros, por una dirección inadecuada, que los que ya existen sin hacer nada.

Es importante tener presente que debe existir una disciplina operacional y orientación ejemplar por parte de las gerencias en el cumplimiento de estos planes, y que traducidos a simulacros no sean considerados una distracción más o criticados como una odiosa interrupción de las tareas actuales —ya que son un requerimiento legal y ético— y que si no se ensaya para una emergencia real independientemente de su naturaleza, los conceptos y referentes de negocio que tenemos en este momento no tendrán significado alguno ante una situación límite, sobre todo, por la responsabilidad de proteger preventivamente al personal expuesto, incluyendo necesariamente a los clientes.

Correlativo al Plan de Respuesta Ante la Emergencia debe existir también un Plan de Continuidad de Negocios, en el cual puedan identificarse de antemano los recursos, procesos y activos críticos que deben ser protegidos y reactivados en el menor tiempo posible, garantizando que la organización podrá mantenerse cumpliendo su cometido social basado en un respaldo operacional previsto en sus mínimos detalles, ya que de otra forma, se estaría poniendo en riesgo la misión de la empresa. En este, como en cualquier campo de la acción humana, el azar nunca ha tenido mejores resultados que una preparación consciente.

¿Cuán preparada está su organización?

(*) Consultor en Seguridad Industrial. [email protected] / @carflom

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COMENTARIOS

  1. Río por no llorar
    Hace 10 años

    El simulacro es un mecanismo de prevención que reviste singular importancia, sin embargo existe una diferencia significativa en cuanto a su propósito, entre países del primer mundo como al que se refiere el autor y los países del tercer mundo como el nuestro. En los países del primer mundo sirve para evitar mayores consecuencias del desastre y evitar la mayor cantidad de víctimas, en tanto, en países como el nuestro sirve para saber como vamos a quedar; más hechos miércoles de ceniza.

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