“Si en mayo no llueve, quedamos sin agua porque la presa se está secando”, dijo Andrés Téllez Reyes, habitante de la comunidad Los Ventarrones, aledaña a la presa Las Canoas. Según Téllez, esto ocurre todos los años porque “los arroceros ocupan el agua para riego. El año pasado las vacas se pegaban en el lodazal, los animales murieron y la gente salió perdiendo”. Según la ONU, en solo un año cerca de cincuenta millones de personas a nivel mundial tendrán que emigrar debido a los efectos del cambio climático.
Ver en la versión impresa las páginas: 2 A