Vicente Maltez
Médico internista
Una de las preocupaciones de la medicina moderna es el cáncer de pulmón (CP), por ser el tumor maligno de más rápido crecimiento en el mundo: cada año mata cerca de dos millones de personas y lo peor de todo es que se trata de un tumor maligno que puede ser prevenido hasta en un noventa por ciento.
Cuando se realiza el diagnóstico de CP en condiciones óptimas de avance médico apenas 15 por ciento de los afectados llegan a sobrevivir cinco años, porque acontece que en ese momento la mayoría de los casos (85 por ciento) tienen una enfermedad avanzada (metástasis).
Casi todos los tipos de tumores malignos del pulmón se asocian con el fumado de cigarrillos, la relación causa- efecto es de 80-90 por ciento, el resto de causas tienen que ver con exposiciones ambientales y factores genéticos.
Siempre sospechamos el CP en todo adulto con historia de fumar cigarrillos y que se queje de tos seca persistente, con o sin expectoración purulenta o que tenga esputos sanguinolentos, dolor torácico, dificultad para respirar, pérdida de peso o con infecciones pulmonares que no responden a los tratamientos con antibióticos.
El CP puede manifestarse de forma engañosa en forma de aumento del calcio de la sangre, debilidad muscular, dedos de las manos en forma de palillos de tambor, síndrome endocrinos, por ejemplo, simulando un síndrome de Cushing que es una hinchazón de la cara asociado a desórdenes metabólicos y cardiovasculares.
Si logramos detectar a tiempo un tumor en el pulmón que tenga menos de tres centímetros es a lo que se llama nódulo pulmonar solitario y el paciente podría ser operado exitosamente.
Es común que en este tipo de cáncer los dolores son terribles y resistentes a la morfina, por ello es conveniente decidirse por eliminar el cigarrillo de nuestras vidas.
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