Un año después, en mayo de 2012, la entonces presidenta Laura Chinchilla denunció actos de corrupción con el uso de los fondos. El sistema judicial mantiene abierta una causa por peculado.
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Josué Bravo
El mandatario costarricense Luis Guillermo Solís concluyó su inspección por la carretera fronteriza con Nicaragua con un sentimiento “agridulce”, al observar que el trabajo para arreglarla es más de lo que esperaba, lo cual le preocupa; pero a la vez le entusiasma saber que la vía es mejorable y se puede reparar.
Solís inició ayer un recorrido de dos días por la zona fronteriza con Nicaragua, junto con su ministro de Transporte, Carlos Segninni, quien añadió que la vía fronteriza de 160 kilómetros, que bordea el nicaragüense río San Juan, se construyó con nula o poca planificación.
El mandatario dijo que el país cuenta con los recursos para terminar la vía, lo cual consideró una prioridad para evitar denuncias de cuatrerismo, tráfico de drogas y trata de personas que ahí ocurren.
El ingeniero Luis Guillermo Loría, director del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica (Lanamme), quien participó en el recorrido aéreo y terrestre por la carretera, insiste en que la vía es angosta y carece de sistemas de drenaje que la afectarán cuando esté terminada.
Loría sugiere que hay que realinear la ruta y estabilizar el terreno, una tarea que debe hacer el actual Gobierno.
Esta vía fue abierta por el Gobierno anterior, dirigido por Laura Chinchilla, en medio de un conflicto fronterizo con Nicaragua.
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