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La madre y la familia

“El futuro de un niño es la obra de su madre”, dijo Napoleón Bonaparte, quien además de que era un genio militar tenía una extraordinaria agudeza intelectual para analizar los problemas sociales y humanos.

La idea es que se llega a ser persona de bien gracias al amor, la atención, la educación y la formación personal que prodiga la madre y quienes no lo logran es por falta de algo o de todo eso. De allí deriva la convicción de que una buena madre es indispensable para la formación adecuada de la persona y, en consecuencia, para el desarrollo y el progreso de la sociedad.

Pero las madres no cumplen esa función superior y esencial, de manera aislada y simple. Tienen que hacerlo dentro de un medio específico que es la familia y en un ambiente general muy complejo y contradictorio, que es la sociedad. La persona humana solo puede existir en familia y en sociedad. De allí que una buena madre condiciona la existencia de una buena familia, la cual, a su vez, necesita desenvolverse en un ambiente social y cultural que sea lo más propicio posible.

Es muy significativo, por eso, que el Día de la Madre se celebre hoy en el marco del Año de la Familia, que ha sido proclamado por la Iglesia católica de Nicaragua como una contribución a la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de Obispos, consagrada a la familia por el papa Francisco y convocada para ser realizada en octubre próximo en el Vaticano.

No todas las madres de Nicaragua profesan el catolicismo. Sin embargo, la iniciativa de la Iglesia católica sobre la familia atañe también a las madres cristianas que pertenecen a las otras iglesias cristianas, porque todas ellas tienen a la familia en el centro de sus preocupaciones. Más todavía, la convocatoria de la Iglesia católica a la defensa de la familia, en la cual la madre ocupa y desempeña un rol fundamental, compromete y beneficia a toda la sociedad; del mismo modo que la favorece toda actividad en pro de la protección de la madre y la defensa de la familia, que promueva y realice cualquier movimiento de la sociedad civil.

Seguramente que no fue por casualidad, que la Iglesia católica de Nicaragua puso el tema de la familia como el primero de los seis puntos del documento que presentó al presidente inconstitucional Daniel Ortega, en la reunión del pasado miércoles 21 de mayo realizada en la Nunciatura Apostólica. Como tampoco fue casual que, en el fondo de dicho documento, como sexto punto, se pusiera el problema de la institucionalidad y la urgente necesidad de reconstruir la arquitectura democrática del país.

“La familia es patrimonio de la humanidad, espacio y escuela de comunión, fuente de valores humanos y cívicos, hogar en el que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente”, señalaron los obispos, citando el Documento de Aparecida del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Y a partir de ese criterio fundamental, los obispos identificaron los graves problemas que afronta actualmente la familia nicaragüense.

Es que así como se requiere una buena e madre para que haya una buena familia, esta, para ser estable y fuerte necesita vivir en una sociedad democráticamente sana.

Editorial Opinión familia madre archivo
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