Efe
Los insurgentes prorrusos rechazaron el plan de paz para el arreglo del conflicto en el este de Ucrania, mientras no hay noticias de un posible alto el fuego, ya que continuaron los combates entre fuerzas gubernamentales y rebeldes.
Uno de los asuntos que quiere tratar Rusia es la necesidad de crear corredores humanitarios para el suministro de comida y medicamentos a los residentes en las zonas de combate en las regiones rebeldes de Donetsk y Lugansk.
En cuanto al alto el fuego, la presidenta del Senado ruso, Valentina Matviyenko, aseguró que debe ser Kiev quien dé el primer paso y descartó una solución militar para el conflicto en el vecino país.
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“En su discurso de investidura (el nuevo presidente, Petró Poroshenko) dejó claro que no entablará un auténtico diálogo con el pueblo del Donbass (cuenca hullera ucraniana). Se nos niega la federalización y el estatus federal de la lengua rusa”, dijo Miroslav Rudenko, uno de los líderes separatistas.
El rebelde se refería al plan de paz en el que Poroshenko promete descentralización en vez de federalización; estatus regional, no estatal, para la lengua rusa; amnistía para los rebeldes sin delitos de sangre y un corredor para que los mercenarios regresen a Rusia.
El nuevo presidente ucraniano también adelantó que viajaría en breve al este “en son de paz”, pero los combates continuaron en la región de Donetsk, epicentro de la sublevación prorrusa que estalló hace dos meses.
Según los rebeldes, las fuerzas gubernamentales usaron lanzaderas de misiles Grad, algo que Kiev siempre ha negado, para atacar esta madrugada varias localidades situadas cerca de Slaviansk, una de las más irreductibles plazas fuertes de los milicianos separatistas.
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