Ernesto José Bendaña
La pregunta generalizada es ¿cómo convertimos el crecimiento económico del país en mayor producción, mejor calidad, incremento de la productividad y agregación de valor a nuestra producción primaria? En la medida en que resolvamos este reto la sostenibilidad como país será efectiva y nuestra población mejorará sus ingresos y nivel de vida.
Los resultados macroeconómicos de Nicaragua son satisfactorios. El país crece de forma regular en los últimos años y los principales indicadores económicos se comportan con relativa estabilidad, esto permite predecir el rumbo y apremia la necesidad de una estrategia productiva consensuada con los distintos sectores.
Construir una visión productiva de conjunto no es un asunto táctico ni coyuntural. Es algo de fondo y demanda la participación de las distintas fuerzas y actores que tienen presencia en los eslabones de las cadenas. Debemos tener una visión integradora y reconocer que nadie por su propio esfuerzo puede lograr vinculación efectiva al mercado ni el dinamismo de sectores establecidos y rubros emergentes.
El motor que empuja el desarrollo económico son los empresarios, sean grandes, medianos o pequeños, pertenecientes a los sectores urbanos o agropecuarios. Cada rubro productivo tiene su particularidad y debe abordarse con base en sus propias características y necesidades, no hay recetas preconcebidas. Necesitamos generar confianza, comunicación, acción, entre los distintos actores, requiriendo de mucha capacidad y madurez de todos los involucrados.
Se necesita convocar e incorporar a todas las partes en la discusión de la estrategia productiva con visión de país, identificando fortalezas, debilidades y puntos críticos a resolver. Es equivocado creer que actuando de forma individual o aliados de forma parcial saldremos adelante. Las instituciones serán claves en facilitar y proponer alternativas.
Entidades públicas como los ministerios de Economía Familiar, Industria y Comercio, Turismo y Agricultura, tienen mucho que ver en la articulación y alianzas estratégicas a construir, de igual forma instituciones privadas como el Centro de Exportaciones e Inversiones, Asociación de Exportadores, gremios productivos y asociaciones empresariales. Deben participar y jugar un rol activo del proceso y no ser observadores.
Está demostrado que en un país como el nuestro, solamente una verdadera articulación pública y privada puede darle a la economía el impulso necesario para lograr éxitos en lo macro y en lo micro. Cuando decimos articulación, debemos entenderlo como algo integral, natural, participativo. No como “la subordinación” de una parte de los involucrados a otra. Será factor de éxito sumar las experiencias exitosas que hay en el país, tomar los conocimientos y aportes de las distintas instituciones, organizaciones productivas, técnicas y educativas.
La crisis del café, el precio alto de los productos perecederos, la fluctuación de precios en los granos básicos, la situación de mercado en los frijoles, el incipiente desarrollo de la pequeña industria transformadora, los distintos proyectos de inversión existentes en el país, son el punto de partida para desarrollar la construcción de una visión conjunta por sector productivo en el país.
Un país como Nicaragua en vías de desarrollo debe prepararse para enfrentar las crisis que se presentan en distintas partes del mundo. En la medida que nos organicemos y articulemos saldremos adelante, está definido que los países pequeños solo salen adelante si hay una visión común y si dejamos a un lado el individualismo, egoísmo, soberbia y autosuficiencia. El autor es Consultor en desarrollo y organización productiva.
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