Saber que su hijo tiene un perfil en alguna red social y regular las horas que se conecta a Internet no es suficiente para ponerlo a salvo de las amenazas en el mundo virtual. El ciberacoso, la suplantación de identidad o el acoso sexual son solo algunos de los peligros actuales.
Conocer los contenidos que se comparten, explorar la red de “amigos” en línea o las aplicaciones que descarga son parte de las recomendaciones que especialistas en Psicología, Derecho y Tecnología de la Universidad Centroamericana (UCA) compartieron este sábado con padres de familia y docentes en el primer encuentro del programa Defendiendo la vida, desarrollado en conjunto con Fe y Alegría.
“Además de la vida real, está nuestra vida virtual por la cantidad y el tipo de información que compartimos ahí”, dice Asunción Moreno, doctora en Derecho, quien agrega que en el país hay una regulación legal establecida en la Constitución, así como una Ley de Protección de Datos Personales. “Debemos conocer, hacer uso y respetar todas estas condiciones para evitar ser víctimas o cometer delitos para los que existen penalizaciones también”, dice.
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Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), desde smartphones, tabletas o computadoras son un arma de doble filo cuando los padres no están al tanto del uso que le dan sus hijos.
“Los niños y jóvenes tienen más habilidades (en TIC) que nosotros, pero no tienen los criterios que tenemos los adultos para su uso, por lo tanto es nuestra responsabilidad estar pendientes de ellos”, advierte la doctora en Educación Renata Rodrigues, vicerrectora Académica de la UCA.
Aislamiento, ansiedad y problemas en el rendimiento escolar pueden ser algunas señales de adicción a las TIC. Si usted no se conecta con su hijo y explora la red desde ahora, un abusador o acosador podría hacerlo antes.
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