Lidia López @Lidia_LopezB
Él jugaba al beisbol con sus amigos, como normalmente se hace: con un “estadio” improvisado. Luego, sus entrenamientos pasaron a una academia de beisbol; ahora, dentro de poco tiempo, estará en la Liga de Verano en República Dominicana.
En tan solo tres años, Leonardo Ortiz ha vivido esta transición, que sabe, ha sido resultado de su dedicación, disciplina, mente y sacrificio.
TODO COMENZÓ ASÍ
A “Leo” no le pasaba por la mente que un día su pasión sería este deporte.
Fue Staling Loáisiga, entrenador de los Dantos, quien notó el potencial de gran beisbolista que tiene este chavalo.
El “buen ojo” de Loáisiga no se equivocó. Animó a Leonardo para que fuera parte de la Academia de Beisbol Nicaragüense de Nindirí, para poder desarrollarse y crecer como deportista.
¿Y qué creés? Este chavalo no la pensó dos veces.
PILAS PUESTAS
Una vez en la academia, Manuel Collado, su entrenador, reconoció el talento de “Leo”, y supo aprovechar cada una de las cualidades que presenta.
Juega como cácher, aunque te contamos que inició jugando como filder, —el que se ubica en medio de las bases— pero su pesadez en las piernas hizo que lo movieran de puesto.
“Estoy muy bien ahí (cácher), en ese lugar (…). Siento pasión y amor al beisbol. Cuando estás jugando se te olvida todo”, nos confiesa.
Para poder estar en muy buena forma y listo para cuando lo llame su nuevo equipo, este chavalo entrena alrededor de cuatro horas, de lunes a viernes.
“Tiene mucho talento, un buen bateo, defensa y mecánica de tiro. Tengo fe en él”, declara Collado, su entrenador.
Y sí que lo tiene. Esos factores llevaron al equipo de los Bravos de Atlanta a apostar por él. ¡Felicidades!
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