Luis Eduardo Martínez M.
Solo tres lluvias han mojado este año las tierras en Terrabona, Matagalpa, donde la mayoría de los agricultores quedaron con las tierras listas para sembrar maíz y frijol, durante el subciclo productivo de primera. Ahí, la gente agotó sus reservas alimentarias y teme pasar más hambre en los próximos meses.
Los pastizales apenas asoman y el ganado luce flaco en este municipio que está entre los más pobres del país, con el 28 por ciento de la población viviendo en pobreza y el 47 por ciento en condiciones de pobreza extrema, según datos del Instituto Nacional de Información y Desarrollo (Inide).
En diversas comunidades, los agricultores coinciden en que ya pasó la fecha para las siembras de primera y sus esperanzas ahora están centradas en poder cultivar en el próximo subciclo de postrera, en el que históricamente las siembras han sido en agosto, para el caso de maíz y en septiembre para el frijol. En ambos rubros las cosechas están listas en noviembre.
“Tenemos que lucharla, pero sabemos que nos tocará aguantar hambre”, dice Tórrez Soza, añadiendo que “si acaso podremos hacer algo en la postrera, pero depende si podemos comprar la semilla”.
[/doap_box]
Históricamente, durante el subciclo de primera, en Terrabona son sembradas aproximadamente 1,200 manzanas de maíz y tres mil de frijol. Sin embargo, por la falta de lluvias, este año las áreas de siembra disminuyeron considerablemente.
Aunque este viernes LA PRENSA buscó a Martín Flores, delegado departamental del Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor) en Matagalpa, para conocer sobre las proyecciones en Terrabona, a través de su asistente el funcionario se justificó porque “está haciendo un informe que le piden para ya en Managua y no lo podrá atender”.
Solo quienes tienen sistemas de riego en sus parcelas han establecido pequeñas áreas con granos básicos y en menor escala con tomates y cebolla.
“Es poca la gente que tiene estos sistemas de riego, aquí por ejemplo, solo como seis productores tienen riegos en sus tierras”, dice Juan José Espinoza Soza, en la comunidad Los Calpules.
Quienes tienen los sistemas de riego y cultivan hortalizas, así como algunos productores ganaderos, son quienes generan empleo para el resto de pequeños agricultores que no pudieron sembrar en Terrabona.
Sin embargo, son empleos ocasionales “y es por día”, refiere Nery Angulo Poveda, habitante de la comunidad Santa Rosa, 10 kilómetros al este del poblado de Terrabona.
“Aquí se la juega uno con medidas en la alimentación, en los gastos y todo, porque ya no hay de otra, no hay empleo. Uno consigue trabajo salteado con algún compañero de la misma comunidad que lo busca a uno para chapear potreros, hacer rondas, componer cercas o cualquier cosa que salga, por eso estamos sobreviviendo salteado, porque no hay reserva de comida y se tiene que comprar”, agrega Angulo Poveda.
El 75 por ciento de los habitantes de Terrabona, vive de la producción agrícola para el autoconsumo y “estamos quietos, sin poder sembrar y sin hallar trabajo”, refiere Francisco Valle, un líder comunitario en Monte Grande.
“Al no sembrar por falta de agua habrá una hambruna y más miseria en este municipio”, agrega Valle, indicando que son pocos quienes tienen empleos como maestros o en otras oficinas del Gobierno”.
Ver en la versión impresa las páginas: 1 A ,4 A