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El ciclista italiano del equipo Astana Vincenzo Nibali (der), pedalea junto a su excompañero de equipo Alexandre Vinokurov (izq) en la sesión de entrenamiento durante un día de descanso de 101ª edición del Tour de Francia en Besançon (Francia). LAPRENSA/EFE/Nicolas Bouvy

Sin Contador ni Froome, el Tour le sonríe a Nibali

Sin los favoritos Chris Froome, defensor del título, y Alberto Contador, ganador de la prueba en 2007 y 2009, el Tour de Francia 2014 parece sonreírle al italiano Vincenzo Nibali, sólido líder de la general tras la primera mitad de competición, este martes en elo primer día de descanso para el pelotón.

Jean Montois

Francia/AFP

Sin los favoritos Chris Froome, defensor del título, y Alberto Contador, ganador de la prueba en 2007 y 2009, el Tour de Francia 2014 parece sonreírle al italiano Vincenzo Nibali, sólido líder de la general tras la primera mitad de competición, este martes en elo primer día de descanso para el pelotón.

El siciliano lleva una ventaja de más de dos minutos tras disputarse 1,782 km sobre los 3,661 del programa establecido hasta París, en el marco de una carrera que ha cambiado los pronósticos y su mayor suspenso lo guarda para el podio.

“No hay que subestimar a nadie”, advirtió este martes Nibali.

El 'Tiburón de Messina' ha ganado dos etapas, sacó ventaja en el empedrado del norte de Francia y afirmó su superioridad en la primera llegada en altura (La Planche des Belles Filles). En resumen, casi no dio pasos en falso hasta ahora.

“Corre bien, siempre adelante”, estima Bernard Hinault, cinco veces ganador del Tour (entre 1978 y 1985), que no ve otra cosa que una caída para que el italiano quede en peligro.

De hecho, las caídas, que usualmente hacen una “limpieza” en las primeras etapas de la ronda gala antes de la llegada a la montaña, esta vez han eliminado a sus dos máxiimos favoritos desde la largada inicial de Leeds, donde todo se presentaba como un duelo Froome-Contador.

El británico, tres veces por el piso, ni siquiera encaró los empredrados de la quinta etapa y el español cayó en un descenso del patinoso puerto Petit Ballon (10ª etapa), el lunes.

Contador, quien sufrió una fractura de tibia, reveló este martes que perdió el control de su bicicleta cuando intentaba comer una barra de cereal y dominaba el manubrio con una sola mano. Entonces, lo tomó desprevenido un bache y se fue al piso. El abandono definitivo llegó unos kilómetros después, cuando ya no podía con su alma.

Antes de la alta montaña

En un segundo, el Tour cambió una vez más de guión. El que aprovechó fue Nibali, vigente campeón de Italia que sueña con convertirse en el tercer italiano en ganar la ronda gala en el último medio siglo (Gimondi en 1965, Pantani en 1998).

Pero también la ruta se abrió para otros corredores. Ascendido a jefe de filas por el retiro de Froome, Richie Porte conduce la oposición. Este australiano valiente del Sky ha llevado adelante la caza en el ascenso de La Planche des Belles Filles, y también es el que presenta las mejores referencias para la contrarreloj de Périgueux (20ª etapa), la víspera del paseo por los Campos Elíseos.

Nibali lo sabe y por eso apretó el acelerador en los Vosgos, para llevar el margen a 2:23, por margen de seguridad.

Pero antes de llegar a esa cita decisiva, hay que pasar el conjunto de los grandes picos de esta 101ª edición.

El programa seduce a la nueva vanguardia francesa (clase 1990), bien ubicada para encarar la alta montaña con alguna esperanza.

Romain Bardet y Thibaut Pinot deben jugar un papel principal.

Este martes en Besançon, el ciclismo francés se ilusionaba con sorprender, al igual que el resto de los outsideres.

Con tres representantes (Bardet 4º, Gallopin 5º, Pinot 6º) en los primeros puestos, y el veterano Jean-Christophe Péraud (37 años) en el 8º, los corredores locales se animan a soñar.

Incluyendo al español Alejandro Valverde (tercero), que se perfila para el podio que por ahora se le resiste, las brechas entre el sexteto de punta perseguidores.

Ocho candidatos, sumando al estadounidense Tejay Van Garderen y al portugués Rui Costa (siempre presente pero en la sombra), están separados por un minuto y medio y todos pueden tener ambición, antes de las dos citas alpinas que marcarán el ritmo de la semana hasta las jornadas de reposo en Chamrousse (viernes) y Risoul (sábado).

“El Tour se jugará en los Pirineos”, advierte Valverde. “Pero se puede perder todos los días”, recuerda Pinot.

Caídas, problemas de salud, clima. Variables que pueden modificar el guión de la competición ciclista más seguida del planeta.

Por primera vez en más de un siglo (1904), el pelotón del Tour no lleva en sus entrañas un vencedor o escolta de ediciones precedentes. Mientras, Nibali sonríe.

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