Génesis Hernández Núñez
En el barrio Arlen Siu Sur en el Distrito Siete de Managua la energía eléctrica es tan inestable que si en una casa encienden un televisor, no se puede encender nada más. En la noche las luces de las refrigeradoras parpadean y si la energía se baja de pronto, las viviendas “parecen discoteca”.
Hace dos años hubo un proyecto de la Alcaldía para reparar la calle, pero no se ejecutó porque había que derribar los árboles y estos son los que sostienen el tendido eléctrico.
[/doap_box]
“Cuando tengo al niño enfermo, el nebulizador no me lo levanta, tengo que ir donde mi mamá que vive en Villa Libertad para poder nebulizarlo”, contó Arely Fonseca, habitante del lugar.
Los cables del tendido eléctrico del barrio están sobre los árboles y los postes de cercos y, como explicó doña Elba Rivas, “lo peligroso es que si un niño que va a clase, se escapa de caer y se agarra de eso, ahí quedó electrocutado”.
Además, de las cuarenta familias del sector, apenas ocho tienen servicio eléctrico legalizado, a pesar de que los habitantes han gestionado en la empresa distribuidora Disnorte-Dissur para que los legalicen, pero “solo dicen que van a venir y nunca vienen y es un riesgo. Ya se han caído varios árboles con el tendido eléctrico y no nos apoyan para nada”, expresó Diana Calero.
La única calle de acceso al barrio es tan angosta que con dificultad entra un vehículo y los árboles que sostienen el tendido eléctrico obstruyen el paso.
“Corremos peligro y los bomberos ya nos dijeron que aquí no entran, en un incendio ellos no entran, nos quemamos y todo, pero ellos no entran porque no hay acceso por el callejón que es demasiado angosto”, expresó Arely Fonseca.
Ver en la versión impresa las páginas: 2 A