ALINA LORÍO
Alrededor de unas cinco tumbas se encuentran destruidas y abandonadas en el costado sureste del cementerio de Ocotal.
Por ahí también abundan los animales que a su paso destruyen las losetas y se habla incluso de tumbas profanadas por personas que buscan prendas o dientes de oro.
Algunos bebedores buscan el hierro entre las tumbas para venderlo y así tener para su vicio.
En al menos dos tumbas están destruidos los ataúdes. La Policía no reporta denuncias sobre esta situación.
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