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¡No bote los centavos!

En las calles. En las afueras de los bancos. En las paradas de buses. En el patio de la casa. En los alrededores de los centros de compras. Estos son los sitios donde con frecuencia se puede encontrar botado dinero. Sí, así como lo lee dinero, pero no precisamente billetes de altas denominaciones, sino monedas de cinco, diez y hasta 25 centavos.

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Yohany López

En las calles. En las afueras de los bancos. En las paradas de buses. En el patio de la casa. En los alrededores de los centros de compras. Estos son los sitios donde con frecuencia se puede encontrar botado dinero. Sí, así como lo lee dinero, pero no precisamente billetes de altas denominaciones, sino monedas de cinco, diez y hasta 25 centavos.

Y es que Nicaragua es un país que desecha su propio dinero, porque las monedas en las denominaciones bajas generalmente son rechazadas por el comercio, principalmente el informal.

Tal es el rechazo, que Ninoska Galán, una cuarentona de Managua, en varias ocasiones ha tenido que tolerar malos gestos de parte de cajeros de panaderías de Altamira donde ha intentado pagar con monedas de baja denominación.

“Independientemente de lo que un trabajador crea sobre esas moneditas, (estas) sí tienen un valor (entonces) por qué se rehúsan a aceptarlas. ¿Acaso dejan de ser dinero?”, se pregunta Galán.

Esta molestia es una escena común en la ciudadanía y por eso algunas personas botan las monedas de baja denominación porque sienten que estorban. O porque consideran que no tienen ningún valor, porque así lo ve el comercio.

[doap_box title=”Panorama monetario ” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

“Actualmente si alguna denominación monetaria pierde valor adquisitivo, el BCN descontinúa la emisión de la misma. A mediano y largo plazo esta máxima entidad financiera en Nicaragua podría interrumpir de manera gradual la emisión de las monedas de más baja denominación, conforme no exista demanda para las mismas”, dice el Banco Central.

[/doap_box][doap_box title=”El centavo en la historia” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

En la historia de Nicaragua fue en 1859, por un decreto ejecutivo, que se facultó al mercado de León para emitir la moneda fraccionaria de “un real dime”, que equivalía a la décima parte del dólar norteamericano.

Para 1879 bajo el gobierno de Joaquín Zavala, se creó el “centavo”, y además se ordenó la emisión de los primeros billetes nacionales o billetes del tesoro. Siendo en el año 1888 que surgieron los primeros bancos privados que emitieron sus propios billetes, tales como el Banco de Nicaragua y el Agrícola Mercantil.

Después de un período de caos monetario, en 1912 se creó el Banco Nacional de Nicaragua Incorporado, a raíz de un empréstito con banqueros neoyorquinos. A partir de este hecho el gobierno de Adolfo Díaz promulgó la Ley de Conversión Monetaria, en marzo de 1912. Dicha Ley creó la unidad monetaria Córdoba.

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COMERCIO SE DEFIENDE

Y mientras la ciudadanía resiente el rechazo de las monedas por parte del comercio, el director ejecutivo de la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua (CCSN), Eduardo Fonseca, dice que no es así, que el sector sí las acepta porque desde luego circulan es porque tienen valor.

Por el contrario, Fonseca dice que a veces el mismo comerciante no cobra las monedas de cinco o diez centavos y que poco a poco se traduce en leves pérdidas.

¿A qué se debe este rechazo social? Especialistas en el tema comparten sus perspectivas en torno al tema. Luis Murillo, economista y catedrático en la Universidad Centroamericana, asegura que las monedas de baja denominación son parte de la oferta monetaria y se les conoce como: fraccionarias.

El economista manifiesta que en la medida que un país incrementa los niveles de inflación hay transacciones económicas que poco les interesa estas cifras y muy poca gente las acepta.

Elizabeth Membreño, economista con énfasis en proyectos de desarrollo, afirma que este fenómeno debe evaluarse desde el punto de vista social, la perspectiva que nace en cada persona ante lo que consideran con valor o carente del mismo.

Y el director ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de Instituciones de Microfinanzas, Alfredo Alaniz, agrega otro factor. Dice que el problema es más cultural que económico. “En otros países en desarrollo se le enseña al niño a ahorrar. Incluso los bancos van a las escuelas y lo promueven”, describe.

Para Murillo, este uso de monedas fraccionarias tiene dos escenarios. El primero relacionado con la oferta real monetaria que tiene que ver con la emisión de ellas en el Banco Central de Nicaragua como máximo ente financiero del país; y segundo, la práctica empírica donde según el especialista cada persona decide si utilizarlas o no.

Otro factor social que incide en la negativa percepción social de la población —según Murillo— es que tras la entrada en uso de las tarjetas recargables para el transporte colectivo, las personas dejaron de usar específicamente las monedas de 25 centavos, las cuales eran utilizadas para el pago de los 2.50 córdobas en las unidades y sostiene que ahora solo en los bancos las personas pueden deshacerse o utilizar con valor estas monedas.

Y efectivamente es la banca la que está absorbiendo este circulante. Gastón Rappaccioli, vicegerente general banca de personas de Lafise Bancentro, explicó que como entidad financiera aceptan todas las denominaciones de monedas existentes. “Es una cuestión del comercio sobre qué tan cerrado quiera dar los precios o no, y el usuario final va a depender el gusto de cuánto volumen de monedas pequeñas quiera andar consigo. Su uso como te dije dependerá ya de la demanda que exista en el comercio de estas monedas”, dijo Rappaccioli.

Para el vicegerente general de Finanzas y Operaciones de Banpro Grupo Promérica, Enrique Gutiérrez, este es un tema en el que no ven ninguna complicación. “Nosotros recibimos depósitos en monedas en nuestras ventanillas, sin restricción más que las que puedan originarse por temas regulatorios y de prevención de lavado de dinero”.

Por su parte, Alaniz mencionó que el uso de monedas de bajas denominaciones es de vital importancia y no fácilmente se puede prescindir de ellas ya que cumplen con funciones específicas en el comportamiento de la economía nacional. Las monedas en circulación de cinco, diez, 25 y cincuenta centavos representan menos del uno por ciento de la masa monetaria del país, que asciende a unos 13 mil millones de córdobas.

Economía CCSN centavos dinero Siboif archivo

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COMENTARIOS

  1. Juan Pueblo
    Hace 10 años

    La no aceptación de monedas de 0.05 a 0.25 centavos ayuda a elevar mas rápido la inflación porque el comercio no las acepta. Visiten una pulpería o el mercado oriental y se encontraran que los precios suben como mínimo 0.50 o 1.00 Córdoba en artículos ya sea una fruta, arroz, frijoles, pollo, verduras, etc; creo que alguien debe exigir la aceptación de ese tipo de moneda para evitar su rechazo mediante una ley o decreto porque el salario actual esta muy por debajo de la canasta básica.

  2. buen vecino
    Hace 10 años

    hya que cuidar los centavos porque los billetes se cuidan solos

  3. Obs!
    Hace 10 años

    No sirven ni para comprar caramelos, el caramelo más barato cuesta 50 centavos o un córdoba.

  4. Joax
    Hace 10 años

    cuiden el centavo!

  5. Ileana
    Hace 10 años

    Las monedas de 10 centavos solamente se utiliza para los bancos o para pagar facturas, porque son los únicos lugares donde lo agarran, en el sector informal ni las monedas de 25 centavos toman.

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