Aun cuando se ha avanzado bastante en el afinamientode los métodos para evaluar el desempeño de los bateadores, el promedio ofensivo, los jonrones y las empujadas siguen siendo los rubros más atractivos a nivel popular.
Sin embargo, el porcentaje sobre las bases (OBP), se ha convertido en la estadística fundamental para medir el aporte de los artilleros. Y más aún, cuando el bateador está ubicado en la parte inicial de una alineación.
El año pasado, los Rangers de Texas saltaron al mercado en busca de Shin Soo Choo. Y lo firmaron por 130 millones de dólares, a pesar de que nunca ha bateado 25 jonrones ni empujado 100 carreras. Pero tenía .423 sobre las bases.
Así como se valora mucho a quien conecta los jonrones y empuja las carreras, quien se embasa también es vital para el éxito de un equipo. Antes de anotar, es necesario embasarse. Esa es la razón de ser para un primer bate.
Por eso vale la pena apreciar y valorar en su dimensión correcta, lo que hace Arnol Rizo, el joven jardinero leonés, que impuso récord de anotadas (105) y bases por bolas recibidas (81) en el beisbol nacional.
Rizo es un buen bateador. Su average se ha mantenido próximo a los .400, con más de 120 hits y 40 empujadas. No obstante, lo más llamativo de este joven nacido en Larreynaga, León, hace 23 años, es su madurez.
Tiene la capacidad selectiva y la disciplina en el plato, propia de un veterano. El joven por lo general no es paciente. Es agresivo y desea lucirse. Rizo espera por su picheo, si no le gusta, se va con su base por bolas y así ayuda a su equipo.
Los leones son la suma del esfuerzo de todos, pero si hay alguien que encarna el juego de conjunto, ese es Rizo. Él necesita que Sandor Guido o Esteban Ramírez lo empujen, pero ninguno de ellos tendría los números que llevan, sin el aporte de Rizo.
Rizo, junto a Enmanuel Meza, Marvin Martínez, Norlando Valle y Juandiego Martínez, entre otros, forman parte de la nueva generación de jugadores leoneses que van a llevar largo a ese equipo. Si no es ahora, será en un futuro cercano.
Reunir paciencia, habilidad para seleccionar picheos y dominio para sujetar emociones, es el paquete que ha permitido a Rizo elevar la vara por la que se han de medir a los primeros bates del futuro. Por ahora, este chavalo lo ha hecho bien.
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