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Indígenas guatemaltecos sepultan a masacrados durante la guerra

Entre llantos y canciones cristianas de consuelo, indígenas de un poblado en el norte de Guatemala sepultaron el miércoles a 31 víctimas masacradas por el ejército hace 32 años durante la guerra que ensangrentó este país centroamericano.

Guatemala/AFP

Entre llantos y canciones cristianas de consuelo, indígenas de un poblado en el norte de Guatemala sepultaron el miércoles a 31 víctimas masacradas por el ejército hace 32 años durante la guerra que ensangrentó este país centroamericano.

A paso lento y con los ataúdes de madera sobre los hombros, los familiares de las víctimas recorrieron varias calles del poblado de Nebaj hasta el cementerio local bajo el estruendo de altoparlantes con música y una voz que anunciaba que allí iban “los que el Ejército masacró en 1982”.

Nebaj, junto con Chajul y Cotzal, forman la región maya ixil, diezmada durante la guerra y cuya comunidad mantiene un juicio por genocidio contra el exdictador Efraín Ríos Montt, quien gobernó con mano de hierro entre el 23 de marzo de 1982 y el 8 de agosto de 1983.

Un tribunal penal había condenado a Ríos Montt a 80 años de prisión el 10 de mayo de 2013, pero la sentencia fue anulada por errores procesales y un nuevo juicio iniciará en enero de 2015.

Solo ocho de los 31 restos fueron identificados, en una labor que llevó años, por médicos forenses guatemaltecos debido a que después que fueron asesinados los quemaron y muchos quedaron hechos cenizas, dijo a la AFP el presidente de la Asociación de Víctimas del Norte de Quiché, Diego Rivera.

Previo a la inhumación cristiana, 32 años después de la matanza, los familiares participaron en una ceremonia maya donde quemaron recinas de árboles y veladoras de distintos colores para luego asistir a una misa en el templo católico.

Masacrados y quemados

La masacre, comentó el activista, se cometió en la aldea Xecax el 4 de febrero de 1982 después de que desconocidos lanzaran una bomba en la carretera que conduce a Nebaj, un empobrecido poblado indígena ubicado en el departamento del Quiché, el más golpeado durante el conflicto armado, según un informe de Naciones Unidas.

“Después que estalló una bomba llegó el Ejército a destruir la comunidad donde se cometió la masacre, porque se encabronaron (enojaron) los del Ejército y la población pagó, pero no se sabe quién lanzó la bomba”, aseveró Rivera.

De acuerdo con el activista, los miembros del Ejército quemaron “las casas, quemaron a la gente, masacraron a las personas, hombres, mujeres y niños”.

“Muchos de los restos fueron quemados y sólo identificaron a ocho, el resto no fue posible pero se sigue con la investigación y van a tratar de identificar por medio de pruebas de ADN porque en realidad estaban bien quemados, pura ceniza y por eso solo se va a poder identificar por medio de ADN”, insistió el dirigente indígena.

Podrá llevar flores al cementerio

El relato coincide con el de doña Margarita Hermoso Pérez, de 69 años, quien perdió en la matanza a cuatro hijos, tres hombres y una mujer, así como a sus dos suegros.

“Ella mandó a sus hijos a la aldea cuando empezó la guerra, los mataron en una champita (casa precaria de lámina de zinc). Luego los amontonaron uno encima del otro y les echaron gasolina para quemarlos”, dijo la anciana por medio de su nieto Juan Hermoso, que sirvió de traductor pues la mujer solo habla la lengua maya ixil.

“Ella ya no salió en ese momento (donde estaba escondida) sino hasta al otro día y fueron a encontrar todos los cuerpos, ya solo había pedazos de los cuerpos quemados al igual que la casa”, sostuvo.

Los restos de las víctimas fueron exhumados hace más de cuatro años y desde entonces ha esperado con ansias este día para poder cerrar el luto al saber que están sepultados en el cementerio local.

“Está satisfecha que sus hijos y suegros están aquí de nuevo y ahora los va a ir a dejar al cementerio y ya puede ir a dejar sus flores y está más tranquila para ir a verlos”, puntualizó.

El informe de la ONU presentado en febrero de 1999 señaló que la guerra guatemalteca dejó 200.000 muertos, el 93% fueron responsabilidad de las fuerzas del Estado.

Además, indicó que 83,33% de las víctimas eran descendientes de los mayas y que 45,52% de las violaciones de los derechos humanos y hechos de violencia se perpetraron en el Quiché.

Internacionales Guatemala guerra indigenas masacre archivo

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