Washington / EFE / AFP
Estados Unidos negó ayer visas de viaje a un “número de funcionarios” venezolanos: ministros y asesores del presidente Nicolás Maduro y funcionarios judiciales, policiales y militares, a quienes acusa de “detenciones arbitrarias” y “uso excesivo de la fuerza” para controlar las protestas antigubernamentales entre febrero y mayo, informó Marie Harf, portavoz del Departamento de Estado.
La oposición mantiene discrepancias en su seno, tras la decisión del partido Voluntad Popular (VP) y algunas figuras políticas de acompañar “La Salida”, iniciativa para exigir el fin del gobierno de Nicolás Maduro que desembocó en las protestas en febrero. Uno de los promotores es Leopoldo López, preso y acusado por delitos relacionados con esas protestas.
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EE. UU., también denunció esfuerzos repetidos en Venezuela por intimidar judicialmente a la disidencia, limitar la libertad de prensa y silenciar a los opositores.
El canciller de Venezuela, Elías Jaua, indicó que esta decisión es la respuesta de EE. UU., al hecho de que Venezuela fue visitada la semana pasada por el presidente chino, Xi Jinping, y a que este martes acogió la cumbre del Mercosur.
La sanción llega después de meses de fuertes presiones de diversos sectores del Congreso, donde dos proyectos de ley, en sendas Cámaras, han sido presentados para castigar a aquellos que estuvieran involucrados en los episodios de represión de las protestas que dejaron 43 muertos.
El presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y patrocinador de uno de esos proyectos, el demócrata Robert Menendez, indicó que estas sanciones “representan un paso importante en la dirección correcta, pero se necesitan sanciones más contundentes”. En la misma línea reaccionó el senador republicano Marco Rubio.
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