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Habitantes de California han cambiados sus jardines de céspedes por otros más ecológicos. LAPRENSA/AFP

California se alza contra los jardines ante la intensa sequía

Los verdes céspedes que simbolizan el "American way of life" están empezando a ganarse el rechazo de los ciudadanos de California, donde proliferan los programas económicos en su contra ante la intensa sequía que atraviesa esta zona del oeste de Estados Unidos.

LOS ÁNGELES/AFP

Los verdes céspedes que simbolizan el “American way of life” están empezando a ganarse el rechazo de los ciudadanos de California, donde proliferan los programas económicos en su contra ante la intensa sequía que atraviesa esta zona del oeste de Estados Unidos.

“La gente se olvida de que vivimos en el desierto. ¿Por qué quieren que nos parezcamos a las llanuras del Medio Oeste?”, se pregunta Larry Hall, un músico de jazz, mientras arranca el césped de su casa de Los Ángeles para sustituirlo por un jardín más ecológico.

“Hace tiempo que le dábamos vueltas a esta idea y hasta habíamos pedido un presupuesto a unos paisajistas, pero (el proyecto) era demasiado caro”, señala su esposa, Barbara Hall. El programa “dinero por césped” (cash for grass) que impulsa la ciudad angelina les permitió dar el paso.

La alcaldía de Los Ángeles da a cada propietario 3 dólares por cada tercio de metro cuadrado sustituido por piedras, paja, cactus u otras plantas que no necesiten demasiada agua para vivir.

Este tipo de programa también se lleva a cabo en otras partes de California, donde una fuerte sequía afecta desde hace tres años las napas freáticas subterráneas y las reservas, además de poner en peligro el abastecimiento de agua a los 38 millones de habitantes de este estado.  El gobernador Jerry Brown tomó hace dos semanas varias medidas de emergencia para impedir regar más de dos veces por semana los céspedes y jardines o tener sistemas de riego automáticos que mojen aceras y calles.

En la prensa local, las cartas de lectores y los editoriales se repiten sin cesar para que se prohíba el riego de céspedes, sobre todo los de los campos de golf, cuando los agricultores están sometidos a restricciones.

La casa tradicional con jardín

El gobernador californiano también eliminó temporalmente las multas que algunas localidades o asociaciones de vecinos ponen a los vecinos que no cuidan bien sus jardines y perjudican la imagen de sus barrios.

“En los años 1950, 1960, la imagen tradicional era la de una casa de estilo ranchero con césped (…). Creo que simplemente debemos pasar a otra cosa”, asegura Anne Philips, una paisajista especializada en jardines ecológicos que se está encargando de dar un nuevo aire al parterre de Barbara y Larry Hall.

Para ella, los programas “cash for grass” son una ganga, no solo por el buen negocio que hacen los particulares, sino porque la actividad de su empresa ha aumentado un 30% desde que aparecieron.

Su trabajo consiste en reemplazar los sistemas de riego que conllevan una gran evaporación y desperdicio de agua por otros instalados a los pies de las plantas, que ofrecen un riego más preciso y dosificado.

Estos jardines ecológicos benefician principalmente a las plantas crasas, las aromáticas, la lavanda o las pitas. “No tienen por qué ser plantas aburridas o feas, y tampoco pinchan”, afirma la experta.

Ante las dificultades medioambientales y el miedo a un aumento de la factura del agua, los jardines secos y de estilo desértico empiezan a ganar terreno en Los Ángeles, sobre todo en los barrios más opulentos.

“Recibí una carta anónima en la que me pedían que sacara todo. Pero cuando empecé a quitar algunos arbustos, un vecino me dijo que mi jardín era su preferido de toda la zona”, cuenta orgullosa a la AFP Stéphanie Pincetl, investigadora y profesora del Instituto de Estudios Medioambientales de la Universidad UCLA.

En su opinión, se necesitarían “dos contadores de agua” para incitar a los californianos a ahorrar agua. El primero sería para “el consumo interno”, es decir el agua que se usa para beber, cocinar y lavarse, mientras que el segundo sería para “el consumo externo”, lo que se destina para regar.

“Con este tipo de facturas, la gente entendería que al menos el 60% del agua usada es para los jardines”, subraya, mientras en la acera de enfrente ya se ha formado un enorme charco por un sistema de riego mal instalado.

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